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Jon Rahm, concentrado en un partido de esta semana en Atlanta. Reuters

«Retrocedo al niño que veía la Ryder y decía: 'Ahí quiero estar yo'»

El Correo con Jon Rahm en la Ryder ·

Jon Rahm ya está en París para disputar a partir del viernes la competición con la que soñaba de chaval

Martes, 25 de septiembre 2018, 01:31

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Corre descalzo por el vestuario del East Golf Club (Atlanta). El mundo se ha detenido porque un tal Tiger Woods ha resucitado. Como ante un mesías, la multitud entra en trance en el momento de la revelación. Y Jon Rahm se apunta a la fiebre de los creyentes. Busca una ventana desde la que ver el remate de la faena de Tiger, la llegada al green del 18. Él y los demás jugadores que acaban de terminar su recorrido están luchando contra el desorden para ver qué llevan o dejan en sus taquillas, porque tres horas después muchos estarán volando hacia París, donde disputarán la Ryder Cup. Regresa el de Barrika con el rostro iluminado. Lo ha visto, ha sido testigo de un hito histórico.

- Hablemos de usted antes que de Tiger. ¿Ha sido un buen año?

- Depende de cómo se mire. Es un año en el que no he jugado mi mejor golf, pero sí un buen golf. He conseguido ganar otra vez en el PGA y European Tour. Y el Open de España, lo que es un gran logro para mi carrera. No pensaba que iba a llegar tan pronto, y en el Centro Nacional, nada menos. He conseguido jugar bien en 'grandes', he acabado bien en East Lake. Pero como competidor siempre tengo esa espina de que podía haber sido mejor. Repetir lo del año pasado era muy difícil.

- Empezó jugando muy bien en Hawai , segundo, y ganando en California. ¿Le trastocó los planes?

- No te creas. He crecido mucho como persona, ha habido cambios en mi vida, estoy comprometido, ha habido muchas más cosas fuera del campo de golf que dentro, y emocionalmente ha sido un año más cansado que el anterior, y quizá por eso el golf no ha sido tan bueno. Pero si miras la estadística creo que sólo somos siete los jugadores que hemos ganado el año pasado y este en el PGA. Y he estado constante en el Top 10 mundial. Muchos lo firmarían, y yo lo hago.

- Ha llegado a East Lake, lo que significa que ha vuelto a estar entre los treinta mejores del PGA. Sólo han repetido diecisiete.

- Para nada es fácil, y menos las últimas cuatro semanas porque te siguen exigiendo jugar buen golf. Es duro, no es fácil. Lo que pasa es que el año pasado jugué tan bien que mal acostumbré a la gente. Cada vez que jugaba era Top 10 y parecía fácil, y no lo es. Ojalá estar aquí se convierta en una rutina. Sé que algún día será mi año.

- ¿Cómo ha convivido con el accidente de sus amigos durante el British, la muerte de su aitite, su compromiso matrimonial?

- Hombre... cuanto más se consigue deportivamente, la vida te va poner algún contrapié y hay que ir aprendiendo a base de experiencia. Nunca había tenido algo parecido al accidente del British y además tener que lidiar con ello. Pocos saben que llevo puesto atrás '¡Aupa aitite!' en las gorras con las que he jugado, sabiendo que lo llevaba por la emoción, me costaba jugar. Son algunos acontecimientos que es la primera vez que pasan en mi vida y había que experimentarlo. Tampoco será fácil a la siguiente, pero a lo mejor sé lidiarlo mejor.

«El puñetero anillo»

- Y cambiar de estado civil, ¿también afecta?

- En su momento. Decidir cuándo lo voy a hacer, cómo lo voy a hacer, el estrés de que no se entere nadie, diseñar el anillo, hacer el anillo, tener que viajar con el puñetero anillo... El estrés se acumula. Que no encuentre el anillo Kelley... Fue un mes y pico, dos meses después del Masters de mucho estrés. Al final es difícil jugar con ello.

- ¿Mantienen la idea de una ceremonia más íntima en casa y el bodorrio en Estados Unidos?

- Ahora lo puedo decir. Teníamos la esperanza de igual poder hacerlo estas navidades, por aitite, pero al final no pudo ser. Lo estábamos intentando. Ahora no hay prisa. Estas navidades serán diferentes, las primeras sin aitite en casa, así que será duro para todos. Habrá que estar ahí para amama y toda la familia y luego la boda ya... como es un acontecimiento feliz ya habrá tiempo. Después de navidades pensaremos en fechas. La idea sigue siendo de una ceremonia religiosa, más significativa en Bilbao y luego más que el bodorrio, la fiesta en Estados Unidos. Pero hay que buscar el momento adecuado, cambia el calendario, ya veremos.

- Volvamos al golf. Se ha referido varias veces este curso a la necesidad y trabajo para atemperar sus reacciones en el campo.

- Sí, ha habido mucho cambio. Empezando por mí, por el esfuerzo en mejorar mi carácter, en quejarme menos y controlar mis enfados y canalizarlo mejor durante este último mes y pico. Me ha costado tres torneos aprender a jugar con ello, encima con todo lo que había pasado. Ha sido un año de muchas lecciones aprendidas que se han ido asentando poco a poco.

- Ha mencionado ese carácter que también ha echado de menos como un componente de la agresividad en su juego.

- Estoy aprendiendo ese punto medio. Hay momentos en los que me enfado, llego al siguiente hoyo hago un gran birdie y luego juego los demás hoyos muy bien. O me enfado por fallar un putt corto y hago birdie en el siguiente. Voy aprendiendo y se ve que voy equilibrándolo, pero queda mucho.

- ¿A qué le da más valor, a la victoria en el CareerBuilder o a los cuartos puestos en el Masters y el PGA?

- Le daría más valor a la victoria en el Open de España. Por todo lo que he hecho como golfista hasta ahora. La victoria en el Open de España fue la más dura, quizá quitando la de Torrey Pines, pero fue muy importante para mí.

-¿No le da vértigo mirar hacia adelante?

- No.

- Sólo tiene 23 años.

- Para nada. No te creas que miro mucho hacia adelante. Para mí siempre es la semana siguiente y cuando termine el año, el año siguiente. No me pongo límites cercanos o lejanos. Hasta donde llegue, llegaré.

Nervios y pánico

- Se lo digo porque tiene por delante, toquemos madera, quince o veinte años en la élite, si no más, en la que ya se encuentra desde que se ha hecho profesional.

- Pues mira, de momento objetivo cumplido. Para eso llevo casi diez años currando, entrenando sin parar y para eso seguiré entrenando. Es para lo que vivo. Me encanta competir, me encanta ganar, quiero seguir haciéndolo. Es lo más divertido, esa adrenalina que sientes cuando tienes opción de ganar un torneo. Para mí es lo más entretenido que hay, y de eso nunca acabas cansándote. Mira a Tiger. Si me mantengo físicamente bien, quién sabe lo que puede pasar.

- Otro objetivo cumplido, la Ryder.

- Seguro que no duermo en el vuelo hacia allí, ni 'pa' dios. No lo haré hasta que salga a jugar.

- Suele decir que no se pone nervioso...

- Mentira, lo que pasa es que se suele confundir nervios con pánico y ansia. Nerviosos nos ponemos todos cada vez que algo te importa y eso ayuda a concentrarte, a mí por lo menos.

- ¿Por qué le da tanta importancia tratándose de una competición en equipo?

- Quitando a Seve y la historia del golf español con la Ryder, retrocedo al niño que veía la Ryder y decía: 'Ahí quiero estar yo'. Quiero representar al país, al golf en Bilbao que le hace falta un gran empujón, y a Europa. Es todo un honor. Ha habido muy pocos españoles que la han jugado y yo sería el tercero del norte (con Ballesteros y Olazabal) que lo consigue. Eso no te lo quita nadie. Quitando ganar un 'grande' y ser número uno del mundo es lo más importante que hay, y muchos incluso lo ponen por encima. Es la semana más divertida que hay en golf. Punto. Es como comparar un partido de Liga normal con la final de un Mundial.

- ¿Qué espera de esta semana?

- Que se cumpla todo lo que he imaginado, sacar muy buenas relaciones y, sobre todo, una victoria.

- ¿Posible pareja con Rory McIlroy?

- Ojalá, sería muy divertido. Ojalá que el primer día y el primer partido seamos Rory y yo. Sería algo bonito. Sé de dos jugadores con los que tengo muchas posibilidades de jugar; al menos, el capitán me dijo que tenía dos en mente. Me amoldo, soy bastante complaciente a la hora de jugar con cualquier compañero.

- ¿Llegó a creer que habría tres españoles?

- Sabía que iba a haber dos. La pena es que Sergio y Rafa no jugaron su mejor golf. Si otro se hubiera clasificado, creo que el tercero sí habría sido elegido. Rafa estaba desgastado y era difícil elegirlo. Y había dos, como Poulter y Stenson, que eran claros. Ojalá la siguiente estemos los tres o más.

– Menos el último día, en East Lake los europeos han enseñado las garras, aunque sea algo testimonial.

- No tiene nada que ver. La Ryder es diferente, hay otro tipo de adrenalina, de ambiciones y motivación. Cuando es uno contra uno o dos contra dos, da igual, sólo tienes que jugar mejor que el que está enfrente. Pero hemos demostrado a los que dicen que la Ryder está ganada que tendrán que jugar muy bien.

- Compiten en casa.

- En un campo muy distinto para ellos y un público europeo.

- ¿Y después de París?

- No lo sé, pero que nadie piense que voy a jugar mucho. Quiero tener un año más descansado, han pasado muchas cosas que desgastan mucho. Quiero tener eso que se llama vacaciones, lo que básicamente no he tenido desde que me hice 'pro'.

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