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Cómodo. Rahm está a gusto en el Augusta National y se sabe entre los favoritos a llevarse la chaqueta verde el domingo. masters

Rahm quiere ganar el Masters fiel a su estilo

Tendrá las dos primeras jornadas focos extra al compartir partidos con Bryson DeChambeau, que promete partir el campo en dos

Martes, 10 de noviembre 2020, 23:56

Sonriente, reconociéndose «feliz» dentro y fuera del campo. Asumida una rutina de autoprotección que le ha llevado desde que se superó el confinamiento a «no ... salir de casa salvo para lo imprescindible. Me muevo de casa al campo, quizá al gimnasio y el tiempo que me toca estar en un aeropuerto o en los aviones». Jon Rahm está listo para disputar su cuarto Masters con la ambición alta tras el cuarto y noveno puestos de las dos últimas ediciones. Y se autorreceta ser él mismo para intentar enfundarse la chaqueta verde. «Quiero ser fiel a lo que siento y lo que tengo en mente. Si siento pegar un golpe no convencional, lo hago. No debo hacer la norma porque lo sea. Esa fidelidad me permite mantener la confianza. Me siento bastante seguro. He estado trabajando y jugando bien al golf. Ojalá suceda algo especial este fin de semana».

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Lo apuntó ayer en una rueda de prensa mixta, atendiendo in situ al puñado de informadores que han podido entrar en la burbuja de Augusta y vía telemática al resto. «Diría que tengo más experiencia en cómo jugar al Augusta National, pero todavía tengo la misma sensación que la primera vez que bajé por Magnolia Lane, esas mariposas en mi estómago porque es un lugar tan icónico para los golfistas».

Que se le da bien este recorrido lo avalan los números, pero está obviamente abierto a seguir poniéndose al día. «He pasado mucho tiempo con Phil (Mickelson) aquí y con otros grandes campeones, y de todos aprendí una nueva oportunidad, una nueva estrategia, algo nuevo que hacer, una nueva ubicación de los pines y dónde jugar».

El año pasado sintió en primera persona lo que significa jugar un Masters junto a Tiger Woods, a la postre ganador. Público enloquecido, ordas, una marabunta humana a su alrededor. Esta vez será sin los 'Patrons' (como se denomina allí a los aficionados), pero con overboking de focos sobre el astro de Barrika porque compartirá el jueves y viernes con Bryson DeChambeau y Louis Oosthuizen. La expectación es tremenda por el proceder del jugador californiano, que anuncia golpes inverosímiles en su estrategia de partir físicamente el campo en dos. Ya ha jugado siete vueltas antes con él, pero nunca con tal incertidumbre sobre lo que vaya a hacer el jugador estadounidense que este atípico año ya ha cazado su primer 'Major', el US Open.

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Con cinco chaquetas verdes previas para el golf español (es el país al margen de Estados Unidos con más Masters conquistados), Rahm siente la llamada de convertirse en el cuarto jugador que alcanza la gloria en el Augusta National. Las sombras siempre alargadas de Seve Ballesteros y José María Olazabal son eso, historias que ha ido escuchando por el camino. Vivió en directo el éxito de Sergio García, a quien envía su solidaridad al perderse el evento por ser positivo en Covid-19. «Mi primer recuerdo del Masters fue el chip de Tiger en 2005. Yo tenía diez años en ese momento». Ayer cumplió 26.

«No necesitas jugar perfecto, sí mantenerte fiel a ti mismo y no ser demasiado ambicioso»

para ganar el masters

Cambia la escenografía en Augusta en esta edición forzada a su disputa en noviembre. Lo reconoce y apunta a la variación cromática, a partes del campo otrora ocupadas por el público que permiten nuevas esquinas que tener en cuenta en el juego. Pero el vacío imposible de ocupar es el de la afición. Y por ende el de la familia. «Puedes sentir la diferencia en cada rugido. Sabes si es por Tiger u otro jugador. Sabes lo que está pasando».

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Sin su gente más cercana. La cuarentena lo hace imposible. «Es duro. Cuando vi que no podían venir suponía un mes más sin ver a la familia. Verles te alegra mucho el año. Espero poder darles una alegría el domingo y verles lo antes posible. Tiene mala pinta que pueda ir a Bilbao estas Navidades. No podré ver a la hija de mi hermano, a la amama y al resto de la familia durante mucho tiempo». En este sentido barajaba la posibilidad de jugar en diciembre en Dubai y acercarse después por casa, pero no quiere correr riesgos sanitarios que alteren la puesta en marcha de su calendario de 2021 en el Sentry Champions de Hawai la primera semana del año.

Cuestionado sobre quién quiere que gane y quién cree que lo hará, Rahm activa su propio comodín. «Voy a decir que yo mismo. Creo que el golf es un deporte tan impredecible porque no sabes lo que está en la mente del jugador, verdad, y es uno contra uno mismo, así que es difícil saberlo. No necesitas jugar al golf perfecto para ganar en Augusta National. Solo necesitas mantenerte fiel a ti mismo y jugar lo mejor que puedas, con lo que tienes en este momento y no ser demasiado, digamos, ambicioso».

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Comenzará a demostrarlo mañana a las 13.30 desde el tee del 10 y el viernes desde las 17.30 arrancando del hoyo 1.

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