Santutxu: el milagro del trabajo de cantera

Solidaridad y compromiso por arrobas, gente fichada de la Regional vizcaína y promocionada de su juvenil nacional y un presupuesto más que ajustado, gestionado por su presidente, Mitxelo Gómez, representan su hoja de ruta. Un Santutxu que, además, ha exportado a Adu Malcom al Basconia y que puede presumir de que dos titulares con Marcelino García Toral como Vivian y Vencedor han pasado por su estructura, captados antes de desembocar en la factoría rojiblanca.

Juan Carlos Marco continúa al mando de su banquillo en su 14ª temporada. «La Tercera del año pasado fue muy dura y ésta es muy dura. La del año pasado porque en el momento que no competías todos contra todos era injusto y este año, cuando existe la posibilidad de cinco y un posible sexto descenso, son demasiados descensos para hacer las cosas demasiado rápidas. Para los equipos de abajo es complicado salvar el año, haremos lo que podamos», lanza el míster bilbaíno.

Este Santutxu conserva la plantilla base del curso pasado, más tres promocionados de su Juvenil, más jugadores contrastados y con experiencia en Tercera como Cubero, Egileor y Orbegozo; tres captados de Regional como Bueno (Padura), Goffard (Indautxu) e Iker Gómez (Galdakao).

En el capítulo institucional, no se cobró el carnet de socios de la temporada pasada al no poder meter público en Mallona por lo que los ingresos fueron cero. «Para un equipo de barrio son años complicados», sostiene el míster. Marco tiene los «pies en el suelo, si volvemos a salvarnos será conseguir más milagro, sería un éxito, la verdad», confiesa.

Uno de los problemas que preocupa a la institución es el estado del campo principal de Mallona, empantanado en su resiembra veraniega. El campo debía estar entregado el 25 de agosto, pero el Santutxu no puede ni pisarlo. El Ayuntamiento ha encarado este verano la reforma de tres campos en Bilbao, el de El Fango e Ibarsusi están ya acabados, pero Mallona, no: «El último, el que más jugadores utiliza. Imagina a 22 tíos en Tercera en un campo de futbol 7...», protesta Marco.