Sammy Lee, leyenda Red: «El Athletic y el Liverpool somos únicos en el mundo»
El exjugador regresa a Bilbao más de cuarenta años después de aquel partido europeo para revivir la esencia que une a dos ciudades tradicionalmente industriales directamente relacionadas con el fútbol
Han pasado más de cuatro décadas desde que Sammy Lee visitara Bilbao por primera vez, en los años ochenta, vistiendo la camiseta del Liverpool. Entonces ... la ciudad era gris e industrial. «Era muy similar a mi Liverpool», recuerda. «No he vuelto desde los 80, y ver el cambio es absolutamente fantástico. Liverpool también ha cambiado mucho. Pero seguimos teniendo ese espíritu obrero, igual que aquí».
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Lee ha viajado hasta Bilbao con motivo de la proyección de 'Two Tribes', el documental que narra la rivalidad entre el Liverpool y el Everton en los años más difíciles de la ciudad. Pero su visita es también una vuelta a sus propios recuerdos. «En los 80, Liverpool tenía muchos problemas económicos y políticos. Había desempleo, huelgas, tensión social… Pero el fútbol logró elevar a la gente. Les dio orgullo. Les dio una razón para sonreír cada fin de semana», dice, en una mezcla de nostalgia y convicción que sólo los que vivieron aquella época podrían transmitir.
Cuando habla de la capital vizcaína, a Sammy se le enciende la mirada. «Jugué aquí, en San Mamés. El viejo San Mamés», rememora. Era la Copa de Europa, a mediados de los ochenta. El Liverpool de Joseph Fagan visitaba La Catedral para enfrentarse al Athletic de Clemente en los octavos de final. «Nunca olvidaré el ambiente. La pasión. Era un San Mamés diferente al de hoy, pero la sensación era la misma. Fue increíble. Y, sinceramente, muy parecida a la de Anfield».
El Liverpool ganó aquel partido por la mínima (gol de Ian Rush), pero lo que permanece en su memoria no es el resultado, sino la comunión con el público. «En Bilbao, como en Liverpool, el club representa a la gente. No sólo se trata de ganar. Se trata de sentirte parte de algo más grande que tú. Y eso lo noté desde el primer minuto».
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Esa identificación es, para Lee, lo que convierte a ambos clubes en «únicos en el mundo». Lo repite varias veces, como si fuera un mantra. «El Athletic tiene esa frase: Unique in the World. Y yo creo que el Liverpool también lo es. Porque somos una familia. Y porque, igual que vosotros, hemos pasado tragedias, y siempre nos hemos levantado juntos».
La rivalidad que unió a una ciudad
En los años ochenta, Liverpool vivía en una herida abierta. El cierre de los astilleros, el desempleo, la crisis del carbón, la huelga de los mineros. «Conocía los problemas porque soy de allí», dice Lee. «Tenía amigos y familiares que lo sufrían. Los jugadores sabíamos que teníamos una responsabilidad. Porque el fútbol era su manera de escapar de la realidad».
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El documental 'Two Tribes' refleja esa etapa: la tensión entre los barrios obreros, la rivalidad entre reds y toffees, pero también la unidad que nació entre ambos clubes. «Es increíble», sonríe Lee. «En mi familia, mi hermana es del Everton. En la misma casa, dos colores distintos. Eso no pasa en ningún otro sitio del mundo. Y, aun así, nos queríamos igual, aunque las discusiones no faltaban», bromea.
Lee recuerda con nitidez su debut en Anfield, un joven sustituto que marcó frente a la Kop, el mítico fondo de los reds. «Fue un sueño hecho realidad», dice sonriendo. «El sueño de un chico de Liverpool que jugó para su ciudad».
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Después de levantar títulos con el Liverpool (seis ligas, dos Copas de Europa, cuatro Copas de la Liga), Sammy Lee decidió en 1986 probar suerte lejos de Inglaterra. Fue Michael Robinson, amigo y compañero, quien lo convenció para fichar por Osasuna. «Robin me pidió que fuera a Pamplona. Y fue la mejor decisión que tomé después de dejar el Liverpool. Fue una época maravillosa, tanto personal como profesionalmente».
Recuerda Pamplona con cariño: «Mi hijo aprendió a hablar sin acento. Yo hablaba con acento, claro. Pero la gente fue fantástica. Nos acogieron como si fuéramos de allí».
Su amistad con Michael Robinson
Respecto a su etapa en Navarra, Lee piensa en Robinson, su amigo, su hermano. «Era más que un colega. Más que un amigo. Era mi hermano. Y cuando murió, fue muy duro. Pero no me sorprende el cariño que le tenéis aquí. Él amaba España. Amaba esta tierra».
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Lee también guarda un recuerdo especial de Howard Kendall, otro inglés que dejó huella en el fútbol vasco. «Le conocía muy bien. Era un gran entrenador, pero sobre todo, una gran persona», asegura.
Kendall, que dirigió al Athletic en los años noventa, era un símbolo del Everton, el rival eterno del Liverpool. Pero entre ellos había respeto, incluso afecto. «Howard amaba la vida, la comida, el vino, la gente. Por eso conectó tan bien con el País Vasco. Le gustaba estar con la gente, igual que a Michael, igual que a mí. Veníamos de una cultura similar: la del norte, la del trabajo, la de disfrutar de lo simple».
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