El Amorebieta no logra superar al Alcorcón en un final agónico

La final anticipada en la lucha por la zona baja que disputaron Alcorcón y Amorebieta acabó en combate nulo. Fue un choque en el que el miedo a perder pesó más que las ganas de ganar. Y eso pasó factura. La imagen que mostraron los de Urritxe se pareció poco a la ofrecida días antes en Lezama. Controlaron la situación con cierta solvencia en la primera mitad y se fueron con ventaja al descanso. Pero en la segunda no mostraron su habitual solvencia. Y se encontraron, una vez más, con un polémico penalti en contra. La locura llegó en el tiempo de descuento con los tantos de Peña y Gual con un minuto de diferencia. Éxtasis local frente al desaliento de los vizcaínos, que veían volar en el último suspiro una gran oportunidad para abrir brecha y acercarse a la zona media.

FICHA

El Amorebieta compareció en el Municipal de Santo Domingo con las ideas muy claras y con apenas un par de cambios respecto al once que goleó al Valladolid el pasado miércoles. También con una novedad táctica interesante. Vélez de Mendizabal adelantó la posición de Gaizka Larrazabal para meterle como interior, dando el carril diestro a Aitor Aldalur. El izquierdo fue para Josu Ozkoidi, ocupando el lugar de Seguín, uno de los mejores ante los pucelanos.

Alcorcón y Amorebieta se jugaban las habichuelas, un duelo de tremenda necesidad para ambos, acuciados por su situación en la tabla. Y eso se notó sobre el terreno de juego. El partido tuvo muy poco lustre. Fue uno de esos choques de pico y pala, con ambos contendientes más preocupados por asegurar posiciones que por buscar la meta rival. Y en ese duelo, el Amorebieta se desenvolvió mejor. Superó en intensidad a los alfareros, ganó prácticamente todas las batallas, tanto en lo individual como en lo colectivo. Y además tuvo la recompensa del gol.

Los azules tomaron ventaja en el que fue su primer y único disparo entre los tres palos de la primera mitad. El tanto para los de Urritxe llegó en una genialidad de Larrazabal. El bilbaíno golpeó con mucha intención una falta desde la prolongación del vértice del área. Un toque con rosca que botó en el área pequeña antes de colarse en la meta madrileña, sin que nadie llegará a rozarlo. Segundo tanto consecutivo para Larra y tercero ya en la temporada, igualando a Obieta como máximo artillero del equipo.

El Alcorcón intentó reaccionar en el tramo final. Lo hizo principalmente con muchos centros a la frontal que no pusieron en apuros a la zaga vizcaína, atenta y contundente. La única opción de peligro claro para los locales llegó, sin embargo, en un balón que aparentemente no tenía riesgo. Arregi se confió y dejó pasar el cuero, lo que habilitó a Arribas. Su potente disparo lo repelió Mikel Saizar en primer palo son salva sea la parte. La mala noticia de la primera mitad fue la lesión de Jon Irazabal, que sintió un pinchazo en la parte posterior del muslo. Un lance que motivó el debut de Aimar Sagastibeltza, inédito hasta la fecha.

El escenario cambió por completo tras el paso por vestuarios. El Alcorcón salió con mucho más brío ante un Amorebieta excesivamente relajado. Los madrileños, con dos cambios de salida, arrancaron jugando en la parcela defendida por los de Vélez de Mendizabal, incapaces de sacarse de encima ese dominio.

El valenciano Ais Reig echó un capote a los de Fran Fernández señalando un más que discutible penalti en una acción en la que aparentemente Larrazabal tocó a Arribas. Sin noticias del VAR, una vez más, lo que volvió a sacar de sus casillas al técnico vitoriano. Mikel Saizar llegó a detener la pena máxima de Juan Hernández, pero éste cazó su propio rechace para empatar.

La reacción de Iñigo Vélez fue dar entrada a San José y Olaetxea para reforzar un centro del campo en el que se estaban viendo superados. Logró equilibrar en cierto modo la contienda, pero la dinámica había cambiado radicalmente. El choque subió en revoluciones e intensidad, aunque siguió careciendo de llegadas de peligro. La lucha se dio en la zona ancha, donde cada balón dividido fue una batalla, aunque sin transcendencia en el curso del encuentro.

El Amorebieta acarició la victoria en los compases finales. Con el tiempo reglamentario ya cumplido, apareció Álvaro Peña, ex del Alcorcón, para enganchar una buena volea dentro del área y colocar un 1-2 festejado con inmensa alegría y que parecía definitivo. Pero no. En la última acción, la moneda cayó de cara para los locales. Jugada embarullada llena de rechaces, como todo el partido, dentro del área zornotzarra. En medio de un mar de piernas, Gual fue capaz de enviar el cuero al fondo de las mallas.

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