Ni la epidemia une al fútbol francés

Ni el virus mata la eterna rivalidad en el fútbol. Frente a la postura oficial del Gobierno francés, de París, de no apostar por la cloroquina como solución ante el coronavirus, los seguidores del Olympique de Marsella han llenado las calles de su ciudad con pancartas de apoyo al científico defensor de este compuesto, Didier Raoult. «Marsella y el mundo con el doctor Raoult», se lee en alguna de ellas. Una de las asociaciones de hinchas del Olympique ha publicado una carta de respaldo al médico frente a las «amenazas de muerte» que ha recibido por reafirmar que su método es válido. «Directos al gol» con el doctor Raoult, escriben haciendo uso del lema del club. Frente al virus, frente a París -la ciudad del PSG de Neymar- y frente al centralismo.

Raoult, nacido en Dakar hace 68 años, es un personaje. Está en el consejo científico que asesora al Gobierno galo y dirige la Unidad de Investigación de Enfermedades Infecciosas. Viene de África, de Senegal. Conoce bien las pandemias y es un firme defensor de la cloroquina, un fármaco que durante años se utilizó contra la malaria. Combinada con otras sustancias, la cloroquina ha mejorado la salud de algunos paciente contagiados. Hasta Donald Trump, presidente de Estados Unidos, la citó como pócima mágica contra el virus.

Pero parte de la comunidad científica mantiene sus dudas sobre el tratamiento del doctor Raoult. La cloroquina ha provocado también intoxicaciones, sobre todo, en personas que se han automedicado. Raoult ha enviado un mensaje de prudencia a través de la prensa francesa: «Ten cuidado. Tiene que recertártelo un médico. Hay que hacer un electrocardiograma y un análisis de sangre. No se puede improvisar». La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que la cloroquina es una opción más, pero que necesita aún más estudio.

El científico francés se ha convertido en una estrella mediática en Francia, un país donde la pandemia está en plena expansión. Siempre polémico, en su día cuestionó los modelos matemáticos que anticipan el calentamiento global y cuando empezaron los casos de coronavirus en China rebajó la magnitud de la enfermedad. De hecho, insiste en que con la cloroquina podría estar bajo control.

Tiene casi un centenar de investigadores en el Instituto Hospitalario de Marsella. Frente a las dudas del Gobierno central, de París, los aficionados del Olympique de Marsella lo tienen claro. Raoult es de los suyos. La cloroquina, para ellos, es el gol que necesitan para derrotar al virus y, de paso, al centralismo. Durante esta pandemia, muchos marselleses hacen cola, saltándose las restricciones, en su hospital para recibir el tratamiento con cloroquina.