Ver fotos
La Vuelta se plantea acabar en San Mamés con una contrarreloj
La idea ya se ha lanzado para próximas ediciones tras el éxito de la salida desde La Catedral el pasado viernes
La relación entre Bilbao, San Mamés y la Vuelta viene de lejos y tiene futuro. La salida el pasado viernes desde La Catedral de la ... decimotercera etapa de la ronda fue el colofón perfecto y emotivo a dos días de fiesta ciclista en la capital vizcaína, que en la jornada anterior había disfrutado de la espectacular subida al monte Arraiz. Como desde que la carrera regresó a Bilbao en 2011 ha encadenado éxitos de público, la dirección de la ronda, en sintonía con las autoridades locales y el Athletic, se plantea dar un paso más y reservar el estadio rojiblanco como sede de la contrarreloj final de una próxima edición de la Vuelta. Se abren la opciones para las siguientes temporadas.
Si al final todo cuadra y San Mamés acoge el final de la Vuelta, repetiría las imágenes captadas en 1960, cuando la ronda acabó así, con una 'crono' que finalizaba dentro del estadio rojiblanco. Fue una etapa dividida en dos sectores. El belga Franz de Mulder ganó la sesión matinal, 116 kilómetros entre Bilbao y Gernika, y conservó el maillot de líder por la tarde en la contrarreloj de 53 kilómetros entre Gernika y Bilbao, con vuelta final por San Mamés. La victoria en esa 'crono' fue para el rey de la montaña, el mallorquín Antonio Karmany. De Mulder dio la vuelta de honor al estadio con el ramo de flores y el maillot amarillo.
En aquella edición Bilbao unió dos de sus grandes aficiones, el Athletic y el ciclismo. Hubo colas en San Mamés y también en las taquillas del Teatro Arriaga para asistir a un espectáculo que se dividió en dos días. La penúltima etapa también concluyó en La Catedral. Entraron en el estadio, en fuga, el vizcaíno Jesús Loroño y De Mulder. El corredor de Larrabetzu había tirado del líder desde las rampas del Escudo. El belga consolidaba así su primer puesto. La etapa, por tanto, iba a ser para Loroño. Ese era el pacto, no escrito. Pero ya dentro del estadio bilbaíno, De Mulder trazó mal la última curva y tiró al vizcaíno. Los espectadores se echaron las manos a la cabeza. Tremendo disgusto. Loroño se sintió traicionado.
Que Bilbao sea final de carrera, sería otro paso adelante para que el Tour pedalee por la villa
el futuro
De diez a 75 pesetas
Fue lo único que estropeó aquel espectáculo que costaba entre diez pesetas por una plaza en la grada de general y las 75 de la tribuna principal. Mientras llegaban los ciclistas de la Vuelta, los espectadores pudieron asistir en La Catedral a pruebas entre especialistas de velódromo como Guillermo Timoner y Rick van Steenbergen, a carreras de cars y al concierto de los 'Chimberos'. Dos años después, la Vuelta volvió a concluir en San Mamés con una etapa en línea que partió desde Vitoria. Venció, escapado, José Segú, y el alemán Rudy Altig, que había ido a la ronda española como gregario de Jacques Anquetil, logró el triunfo final.
Durante los años 50, 60 y 70, Bilbao fue el eje de la carrera. La salida el viernes desde La Catedral reinició la relación entre el Athletic y la Vuelta. Los corredores circularon por las bandas en pelotón. Con los ojos bien abiertos. Los tres vizcaínos de la prueba, Omar Fraile, Mikel Bizkarra y Jonathan Lastra, encabezaron la marcha vestidos con la camiseta rojibanca y con banderas del Athletic. Por la megafonía se escucharon los rugidos del león. No había público. Aun así, la imagen fue impactante. San Mamés como anfiteatro deportivo. Otra vez en la Vuelta.
Si se materializa el proyecto de que La Catedral sea final de la ronda española con una contrarreloj, como sucedió con el Santiago Bernabéu en 2002 con victoria de Aitor González sobre Roberto Heras, las gradas se poblarían con el entusiasta público que copa las cunetas cada vez que la ronda pasa por las carreteras vascas. Que Bilbao sea fin de carrera, además, sería otro paso adelante hacia la meta de que un día la capital vizcaína tenga al Tour de Francia pedaleando por sus calles.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión