Ion Izagirre gana la decimosegunda etapa en el Tour más vasco

J. Gómez Peña

Bilbao

Jueves, 13 de julio 2023, 17:39 | Actualizado 22:24h.

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Dos etapas depués del triunfo del vizcaíno Pello Bilbao en la décima etapa que acabó con cinco años de sequía del ciclismo español en el Tour, el guipuzcoano Ion Izagirre se ha impuesto en la decimosegunda jornada. En fuga. Ha sido el mejor de la escapada y ha entrado solo en la meta de Belleville-en-Beaujolais, tierra de vino. Izagirre ha podido brindar como hizo en 2016 cuando ganó por primera vez en la Grande Boucle, entonces en Morzine. Con 34 años, el corredor de Ormaiztegi acumula un buen palmarés, que incluye triunfos en las tres grandes vueltas. Alcanzó la recta final con tiempo para felicitar el cumpleaños de una de sus hijas, para celebrarlo y, ya cruzada la pancarta, para abrazarse a los miembros de su equipo y echarse a llorar de alegría. El Tour que comenzó en Bilbao ya suma dos victorias de corredores vascos.

«Llevaba toda la carrera intentándolo. Y ha llegado hoy. Ha sido emocionante. Esta mañana le ha felicitado a mi hija porque era su cuarto cumpleaños. Estamos tantos días fuera de cada, nos perdemos tantas cosas... Va por ella», ha declarado Izagirre con la voz entrecortada.

La jornada previa a tres días en la montaña ha sido un carrusel de ataques. Sin tregua. La fuga buena se ha formado tras casi dos horas de tortura. Y en ella estaban dos corredores del Cofidis, Ion Izagirre y Guillaume Martin. Con ellos iban Van der Poel, Jorgensson, Pinot, Benoot y Johannessen. Izagirre lo ha pasado mal en alguna de las ascensiones, pero en la última, la Croix Rosier, ha atacado. Parecía que era para hacer de trampolín a su compañero Martin, pero nadie le ha seguido.

En los coches del Cofidis, dos directorres vizcaínos, Bingen Fernández y Gorka Gerrikagoitia, se frotaban las manos con la posibilidad de anotarse otra victoria tras la de Lafay en San Sebastián. Izagirre ha coronado con 24 segundos y ha mantenido esa renta en los casi 30 kilómetros hasta la meta. Tener detrás a Martin, que hacía de freno, le beneficiaba. Eso y el viento a favor. En la meta ha desplegado su alegría al agarrar su segunda etapa en la historia del Tour. A cuatro minutos ha llegado el pelotón, con el líder, Vingegaard, y con Pogacar, Carlos Rodríguez y Pello Bilbao, quinto en la general. Todos están citados con la montaña que viene.

Izagirre la afrontará con el trabajo hecho. Tras varias caídas que han marcado su carrera deportiva, el ciclista guipuzcoano ha entrado en la lista de dobles ganadores de etapa del Tour.

Viene de una familia ciclista. Su padre, José Ramón, fue dos veces campeón de España de ciclocross. Ion y su hermano, Gorka, asistieron sin saberlo a alguna de aquellas carreras de barro. Metidos en el cochecito de bebés. Respiraron el aroma de aquellas batallas. Quizá por eso crecieron guerreros. Eligieron el oficio del padre, para desgracia de su madre, que no daba abasto con la lavadora. Tanta ropa embarrada. Ion ganó enseguida, en 2012, la etapa de Falzes en el Giro con el maillot del Euskaltel. Y venció en Morzine, tras un descenso empapado en el Tour de 2016. Dejó el Movistar para ser más libre y ya con 30 años y en el Astana cerró la deuda del ciclismo vasco con la Itzulia. Dieciséis años después de Iban Mayo, Izagirre se impuso en 2019 en la Vuelta al País Vasco.

Un año después completó su colección al vencer en una etapa de la Vuelta a España. Ya había dejado su huella en el Tour, el Giro y la Vuelta. Ahora da otro paso y gana por segunda vez en esta edición de la Grande Boucle que partió desde Euskadi. El Tour más vasco.