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Una Itzulia 'a puerta cerrada' por la pandemia
Las medidas de seguridad blindaron la salida y la llegada y se redujo notablemente el número de aficionados en Bilbao
La Vuelta al País Vasco regresó este lunes a Bilbao en un ensayo de formato reducido de lo que será dentro de dos años la Grand Depart del Tour, pero con una participación tan brillante como la de la ronda gala. Pero faltó un elemento principal que deberá estar presente dentro de dos años, el público. La pandemia cambió este lunes por completo la imagen habitual de las pruebas ciclistas de Euskadi. Lo que tendría que ser una multitud de aficionados a lo largo de los diez kilómetros de recorrido contra el crono, en un lunes festivo y con un tiempo fantástico, quedó condicionado por las notables medidas de seguridad, restricciones para evitar en todo lo posible el contacto de los seguidores con un pelotón ciclista que vive en una burbuja para evitar contagios.
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El trazado de la crono cosió algunos de los lugares más emblemáticos de Bilbao, esa postal que ha convertido a la capital vizcaína en un atractivo para grandes eventos como el citado Tour de 2023. Roberto Laiseka, encargado del recorrido, llevó al pelotón a salir junto a la Basílica de Begoña, para ascender por Arabella hasta Santo Domingo, y de allí tomar toda la carretera de Artxanda para bajar de nuevo a Deusto por Enekuri. Después los ciclistas enfilaban la Avenida de las Universidades y Campo Volantín hasta el Ayuntamiento, y subir por la Plaza del Gas al Parque Etxebarria. En condiciones normales, un escenario ideal para convertir la carretera en una hilera de aficionados. Pero desde hace días la organización solicitó que los seguidores se quedaran en sus casas para seguir la Itzulia por televisión en pos de evitar aglomeraciones.
Así las cosas, el recorrido de la crono se convirtió en zona protegida. EL CORREO visitó diferentes escenarios, y por ejemplo tanto la zona de salida como la llegada estuvieron valladas y con numerosos miembros de la polícia municipal que trabajan para distribuir a la gente a espacios donde no afecten al desarrollo de la crono. De hecho, el paso a peatones estaba prohibido desde la plaza del Gas, por lo que los últimos 500 metros de etapa estaban vallados y los corredores los hicieron sin tener el aliento de los aficionados en las duras rampas de acceso al parque.
En cuanto a la salida, también hubo medidas de seguridad para evitar cualquier posibilidad de contacto con los corredores, que salían desde la zona de autobuses hasta la rampa de lanzamiento situada junto a Begoña. Desde ahí los ciclistas arrancaban ya en subida, y tanto en esa zona como en Arabella, sí que hubo espectadores, pero siempre con vigilancia tanto de voluntarios como de policías municipales que solicitaban distancia entre grupos.
Otro escenario donde se podía esperar gente era en Artxanda. Pero así como en la rotonda de Santo Domingo se vieron diferentes grupos de seguidores, en el resto del monte apenas hubo multitudes. La carretera se prestaba a rodar a tope y los ciclistas volaron en este tramo camino de Enekuri.
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En el regreso hacia la zona urbana no se vieron a seguidores, que prefieron animar desde Deusto o junto a la ría. En el Campo Volantín, la organización aprovechó el carril bici para mantener la distancia con los aficionados mientras el lado de los edificios estaba bloqueado con cintas, y fue en la rotonda del Ayuntamiento donde se vio la mayor multitud de todo el trazado. Fueron los más cercanos a la meta, en un ejemplo de lo que va a ser esta Itzulia 'a puerta cerrada' donde los hinchas del ciclismo deberán mantener las distancias y ser prudentes, a la espera de que lleguen tiempos mejores.
Henao, Galván y Márquez, bajas por precaución con el virus
El colombiano Sergio Henao no tomó la salida en la Itzulia por haber tenido contacto con una persona que ha dado positivo por coronavirus. Pese a resultar negativo en una PCR, el equipo Qhubeka decidió que no dispute la carrera como medida de precaución. Lo mismo hizo el Kern Pharma con Kiko Galván y Martí Márquez. Galván sufría problemas estomacales y amigdalitis. Los tres controles PCR a que se ha sometido en los últimos ocho días han dado negativo, pero nadie quiere arriesgarse a provocar un brote. Márquez era su compañero de habitación.
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