El Caja Rural inspecciona las trampas de Ayala antes de la Itzulia

Con temperatura fresca y bastante lluvia. Así recibió ayer por la mañana Llodio al Caja Rural en su jornada de entrenamiento previo a lo que va a ser la disputa de la Itzulia en poco más de dos semanas. La quedada fue a las 10.00 horas en el parking de caravanas ubicado en Ellakuri. Siete ciclistas del equipo profesional, entre ellos los alaveses Jon Aberasturi y Jokin Murgialday, más el amateur de Agurain Andoni López de Abetxuko. Primero un repaso, plano en mano, con el director Xabier Muriel a las localidades por donde iba a discurrir la sesión de trabajo para luego ponerse el chubasquero y finalmente subirse a la bicicleta. Parte de ese trayecto inicial del día de entrenamiento era el que tendrán que completar en su parte final el miércoles 7 de abril en la tercera etapa de la ronda vasca, con salida en Amurrio y meta en Ermualde. Ayer para empezar, ascensión al alto de Garate justo antes de descender hacia Okondo para posteriormente pasar por Sodupe.

Territorio encartado para enfilar hacia La Arboleda y reconocer lo que será la parte decisoria de la segunda etapa de la Itzulia con final en Sestao. Agua y más agua. Tres o cuatro capas de ropa las que se enfundaron ayer los corredores y ni aún así pudieron evitar empaparse. Pero no había excusao. Así comprobaron in situ cómo será la meta de la localidad vizcaína. Una buena cuesta para evitar un sprint masivo en el centro de la villa sestaotarra. Inspeccionados todos los detalles, regreso hacia tierras ayalesas para ver el final inédito, las rampas de Ermualde. «Es la típica pared de País Vasco, pero no sólo es eso, sino colocarse bien en la bajada de Malkuartu porque hay dos curvas peligrosas y alguien arriesgará», contaba a EL CORREO Xabier Muriel. El director no perdió detalle alguno de lo que puede suceder en ese tramo de la etapa. Incluso en función de qué climatología se encuentren ese día habrá que usar un desarrollo u otro. «Si llueve habrá que meter más piñones para no patinar. Hoy, en un tramo, si te ponías de pie la bici se iba. El principio es duro y de repente tiene un rampón, aunque luego suaviza», descifraba López de Abetxuko.

El amateur alavés disfrutó con la experiencia de entrenar con profesionales. A lo largo de las cuatro horas y media que duró la sesión mantuvo contacto con su buen amigo y vecino Jokin Murgialday. El neo va cogiéndole el punto a la categoría y el día 23 estará en Italia completando la Coppi Bartali. En función de cómo se encuentre podría estar incluso en la salida de Bilbao el día 5 de abril. «En Francia corrí un par de clásicas y me encontré bien, bastante a gusto. A ver ahora qué tal se da lo que tenemos», apuntaba. Ya en suelo alavés de nuevo, el sol empezó a brillar tímidamente y la exigente parte final se hizo más llevadera. Ayer el ritmo lo marcaban ellos, pero el día de autos eso será una batalla auténtica. «El asfalto está bien. Hay poca anchura de carretera, pero sobra. En esos metros se irá de uno en uno y serán veinte a lo sumo los que lleguen con opciones abajo. A partir de ahí volantazo y volantazo», describía Murgialday.

En el equipo que ponga en liza el Caja Rural en la contrarreloj inicial de la capital vizcaína estará el otro vitoriano, Oier Lazkano, junto a Jonatan Lastra. Ambos no estuvieron ayer inspeccionando el recorrido puesto que se encuentran estos días acumulando kilómetros en altura en Sierra Nevada. Pero Muriel los tiene como fijos en su siete de carrera. El joven rodador alavés ya estrenó su casillero de victorias como profesional la pasada temporada en la Vuelta a Portugal.