Se ha ido una leyenda, un caballero
Se ha muerto una leyenda. Se ha muerto alguien que no solo era un jugador de balonesto, sino un deportista de talla mundial, un hombre ... que traspasaba fronteras y trascendía del plano deportivo para dejar un legado de incalculable valor. A Kobe Bryant le conocía el planeta entero y no dejo de sentir que hemos perdido a algo más que a un tipo con un balón de baloncesto entre las manos; se ha ido una persona especial, un mito.
Tengo una anécdota con Kobe en los Juegos de Pekín, que describe a la perfección a la persona que fue. Perdimos la final contra Estados Unidos. Nos ganó él con un tres más uno. Estuvo increíble. Pues bien, después del partido entró en nuestro vestuario y nos dio la mano a todos. A todos. Fue a darle un abrazo a Pau Gasol, pero saludó al resto. Y nos dijo: «Habéis competido hasta el final. Sois un gran equipo. Felicidades». Se comportó como un auténtico caballero, un mito que entra en el vestuario rival para felicitar a los que minutos antes eran sus oponentes en la cancha. Estaba por encima del deporte, del resultado, era mucho más que un jugador de baloncesto.
Y allí abajo, en la cancha, era único, diferente. Hablo de uno de esos jugadores a los que te enfrentas de vez en cuando y sientes que tienen una energía especial, algo distino. Hacía de todo y pararle resultaba imposible. Hablamos de una leyenda por lo que ha hecho en el baloncesto y por lo que ha hecho por el baloncesto. Deja un legado, un camino. Hablamos de épocas de Magic, Bird, Jordan... Cuando se fue Michael Jordan parecía que nos íbamos a quedar huérfanos, y entonces apareció Bryant. Durante años hablábamos de la 'generación Kobe'. Ha marcado un antes y un después en el deporte que tanto amaba. Hizo lo que tenía que hacer y dejó las pistas dejándonos un legado enorme.
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