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Pau Gasol anota, asistido por Rubio, ante Mills (con el pelo corto), Bogut y Baynes, en la lucha por el bronce olímpico hace tres años. Fiba

Australia quiere vengarse de España

Los de Scariolo, que arrebataron el bronce a los Boomers en Río, buscan desde las diez de la mañana el paso a su segunda final en una Copa del Mundo

Jueves, 12 de septiembre 2019, 22:42

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Australia busca su venganza. Por el momento ha logrado una revancha. No es poco. Quiere regresar al verano de 2016 y resetear el tiempo. Volver al momento en el que se paró el reloj para muchos seguidores de los Boomers, que es como llaman cariñosamente a la selección que entrena Andrej Lemanis.

Hace tres años, en los Juegos de Río, los canguros (que es lo que significa boomer) ganaban por un punto a nueve segundos del final, en la pelea por el tercer y cuarto puesto. Acariciaban un metal olímpico que ya se les había escapado en tres ocasiones, a lo largo de su historia. Tampoco fue la vencida. Sergio Rodríguez se cobró la falta de Patty Mills, colocó a los de Scariolo 89-88 por delante a falta de cinco segundos y luego Ricky Rubio y Víctor Claver le robaron el balón a David Andersen, evitando el último lanzamiento ganador de los australianos.

Es una espina que hoy tratarán de sacarse. Duelo casi al amanecer. A las 10 de la mañana, hora peninsular. En Pekín. En el Wukesong Arena, que la 'Familia' conoce bien. Allí jugaron, y perdieron, la final Olímpica de 2008 ante EE UU. «Tocas a uno de estos tíos y salen volando», protestó entonces Andrew Bogut. «Y los árbitros pican todo el tiempo», añadió.

Sin Ben Simmons

No llevan bien lo de perder. Seguramente porque son ganadores natos. Cuatro jugadores de Australia son campeones de la NBA: Mills y Baynes con los Spurs de 2014 (Duncan, Ginobili, Parker y Leonard), Dellavedova con los Cavs de LeBron y Bogut con los Warriors de Curry, Thompson, Igoudala y compañía.

Claro que les falta Ben Simmons, la superestrella de los Sixers, pero quizá les vino hasta mejor, visto lo que ha pasado con la Serbia de Jokic y la Grecia de Antetokounmpo. Además, cuentan en sus filas con Joe Ingles, un tipo con pinta de granjero, que juega como los ángeles (hace de todo y todo bien) y es un absoluto demonio del 'trash talking'. Son los hombres a atar en corto. Junto a la muñeca de Goulding.

Aunque parezca obvio, hay que recordar que los australianos son muy buenos. Mills es el mejor anotador de entre los que siguen vivos en el torneo (22,2 puntos de media); Dellavedova aporta 10,2 y 6 asitencias; Joe Ingles, 10.5 puntos, 3 asistencias y 5.8 rebotes; y Aaron Baynes 13.3 puntos y 5.8 rebotes.

Scariolo lo sabe, como los conocen de primera mano Rubio, compañero de Ingles en Utah y ahora de Baynes en los Suns; Gasol (superior a Bogut y Bayne, aunque habrá que ver cómo aguanta la zapa de esos leñadores) y Rudy Fernández, que compartió el banquillo de los Blazers con Mills hace casi una década.

Quizás las sorpresas las deba temer Lemanis, entrenador asutraliano de ascendencia letona. Dominador del juego. La segunda unidad de España -y su defensa- han dado sobradas pruebas de que van a la batalla con media docena de planes de ataque bien afinados. Llull, Juancho, Willy, Oriola y Claver, clave en la victoria sobre Serbia. En 2016, España ganó a Australia con 31 puntos y 11 rebotes de un tal Pau Gasol. Hoy no estará. O quizá solo haya que sentir su fuerza. Su espíritu.

Scariolo pide energía

«Tenemos que superarnos, jugar con energía, igualarlos en intensidad, energía y dinamismo e intentar contener su juego en campo abierto», señaló ayer Sergio Scariolo. El italiano ya sabe lo que es jugar una semifinal con España y ganarla (en Londres'12). También cómo se toma la afición estas citas. «Si hablas con mi madre, yo soy más guapo que Brad Pitt aunque esté en la sala. Pues en España pasa un poco igual. No saben ni contra quién jugamos y somos siempre los mejores». Por eso insistío en la necesidad de estar a la altura de un rival «físicamente muy exigente» y confiar en la «capacidad de aprendizaje» y la «cohesión» del bloque con el que a llegado a China.

Alcanzar una final en una Copa del Mundo es muy complicado. España solo lo logró una vez, en 2006. Lo hizo superando a Argentina, 75-74, y porque Andrés Nocioni falló un triple lateral en el último segundo. La otra vez que estuvieron en unas semifinales, en 1982, la 'suerte' sonrió a Yugoslavia. España anotó más que los balcánicos durante el encuentro, pero la última canasta fue invalidada por los árbitros. No es Bogut el único que tiene reproches en la guantera. Lo importante es que los deje atrás en la revancha de los Juegos que se han ganado para esta mañana y que a mediodía sigan pensando en la venganza.

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