El GBC vive su mejor momento tras mantener la calma y la confianza

Pero sucedió lo que nadie del resto de integrantes de la zona baja de la ACB pensaba, creía o deseaba, la reacción del equipo de Marcelo Nicola. Tres victorias en cuatro partidos -Joventut, Tenerife y Estudiantes- cuando todo el mundo les daba por amortizados les ha reactivado en la clasificación, donde han cedido la última plaza al RETAbet y comparten esperanza con el Betis y Estudiantes mientras sueñan con ganar el sábado un derbi decisivo ante el Bilbao Basket. Como recordaron los jugadores en las redes sociales tras ganar en Badalona, «este muerto está muy vivo».

Lo complicado es explicar cómo después de sumar dos triunfos en 17 jornadas, han sido capaces de ganar tres de los cuatro últimos y ante rivales de entidad. Y sin Echenique. «Había que reaccionar ante las adversidades y, sobre todo, tener un resultado positivo para que el equipo creyera en la carretera que habíamos cogido desde el principio de temporada, que no es más que la de trabajar y disfrutar», explicaba el fin de semana Marcelo Nicola en una entrevista con el Diario Vasco, donde lo más importante del cambio «es que ahora nos hayamos creído que podemos competir con cualquiera. El trabajo físico y táctico es importante, pero también lo son las cabezas».

Y no le falta razón, porque las piezas son las mismas. Al contrario de otros grupos que van cambiando jugadores en función de la marcha de la temporada o las necesidades, la economía de guerra del GBC y la confianza en la plantilla han llevado a Nicola y la dirección deportiva a mantener prácticamente intacto el grupo, salvo por la lesión del pívot colombiano, que llevó a activar la ficha de un viejo conocido por San Sebastián como Mike Carlson, integrante del grupo que ascendió en la campaña 2017-18 y que llevaba entrenando con el equipo desde octubre. Lo cierto es que su regreso ha coincidido con la reacción del GBC y ha encajado como un guante en el grupo. Tras diez meses sin jugar un partido oficial y en su estreno en la ACB, anotó el triple de la victoria contra el Tenerife en lo que supuso un empujón moral en el GBC que dura hasta hoy.

Pero tampoco sería justo focalizar la reacción en un jugador. La ausencia de Echenique ha llevado a la mayor parte de la plantilla a dar un paso adelante, a corresponder la confianza que ha mantenido el cuerpo técnico pese a la falta de resultados y a sacar provecho del trabajo diario.

Un ejemplo de ese salto es el rendimiento de Johnny Dee en los últimos encuentros donde se ha disparado su capacidad anotadora. El Acunsa, que había tenido muchos problemas anotadores y se las veía y deseaba para llegar a los 80 puntos por partido, obtuvo 89 ante el Tenerife, 94 logró en la cancha del Joventut y 81 en el triunfo sufrido ante Estudiantes. Después de tres años en la LEB Oro, Dee ha logrado el sueño de jugar en la ACB y tras un periodo de aprendizaje más largo del deseado, el de Denver ha destapado su capacidad anotadora en este tramo de bonanza para los guipuzcoanos.

Jan Span, Lucas Faggiano, Johnny Dee, Xabier Oroz, Dino Radoncic, Pere Tomàs y Viny Okouo. Completan su rotación principal Julen Olaizola, que se ha vestido de corto en 17 partidos, William Magarity, en 16, y Carlson, activado en los últimos cuatro. Ha sido precisamente este último el que ha espoleado la reacción donostiarra desde aquella derrota en Miribilla, con su triple ganador en su debut ante el Tenerife y sus 20 puntos en la visita al Joventut.

Y no hay que olvidar la aportación del alemán Dino Radoncic, máximo reboteador del Acunsa y segundo anotador que está aprovechando, a sus 22 años, la oportunidad en el que es su quinto equipo de la ACB tras pasar por Real Madrid, Burgos, Murcia y Tenerife -y está cedido por el Zaragoza-. Ellos tres, Pere Tomàs, Xabi Oroz, Span, Faggiano, Okouo, Olaizola y Magarity son la columna vertebral de este Gizpuzkoa Basket contra el que el RETAbet se va a jugar la vida en San Sebastián.