Anna Korakaki, la primera portadora de la antorcha de Tokio 2020
La tiradora griega, medallista en Río 2016, hará historia al ser la primera mujer en recibir la antorcha en el Panatenaico el 19 de marzo
Judith Romero
Miércoles, 12 de febrero 2020, 22:48
Por primera vez el deportista que reciba el fuego olímpico que se enciende a través de una Suma Sacerdotisa en el Estadio Panatenaico antes de llegar a la sede de los Juegos Olímpicos será una mujer. El Comité Olímpico Internacional ha anunciado que la tiradora griega Anna Korakaki, de apenas 23 años, será la primera portadora de la antorcha olímpica de la cita veraniega de Tokio 2020 en un momento histórico.
Koraraki, medallista de oro en las olimpiadas de Río de Janeiro 2016 en tiro deportivo, fue nombrada encargada de este trascendental momento por parte del Comité Olímpico Griego. Después de que ella la reciba, la llama recorrerá miles de kilómetros hasta llegar a la sede de los próximos juegos en la capital nipona. «Es un gran honor para mí. Estoy emocionada y creo que los sentimientos se volverán aún más intensos en la antigua Olimpia. Estoy ansiosa por experimentar ese momento y estoy segura de que quedará grabado en mi mente y en mi corazón por el resto de mi vida », declaró.
La ceremonia de encendido de la antorcha olímpica se llevará a cabo el próximo 19 de marzo. Koraraki, originaria de la ciudad de Drama, ganó una medalla de oro en la modalidad de pistola a 25 metros del blanco y otra medalla de bronce en pistola de aire a 10 metros del blanco en Río 2016. El tirador retirado Tassos Korakakis, su padre, es su entrenador, y Anna compite desde 2009 en el Orion Shooting Club de Tesalónica. Ella estudia Educación Especial en la Universidad de Macedonia en Tesalónica.
De Basilio a Korakaki
Korakaki va a pasar a la historia al ser la primera portadora de la antorcha de Tokio 2020, como la atleta mexicana Enriqueta Basilio, la 'Diosa voladora', lo hizo por ser la primera en portar la llama sagrada hasta un pebetero olímpico en los Juegos de México 1968. Entonces apenas tenía 20 años y corrió los últimos metros vestida de blanco en un gesto por la paz. Falleció el año pasado y, después de ella, sólo otra mujer ha encendido un pebetero olímpico, la exvelocista australiana Cathy Freeman en Sidney 2000.