El tenis no entiende de guerras
La Peña Vitoriana acoge desde hace dos meses a la joven tenista ucraniana Karina Novikova. Parte de su familia tuvo que huir de Kiev, epicentro del conflicto bélico
Olga Jiménez
Sábado, 16 de julio 2022, 00:35
Su rostro aniñado con penetrantes ojos azules no delata el sufrimiento que ha supuesto la guerra en su país. Habla pausada, chapurreando palabras en castellano, ... mientras su casi «hermana mayor» estos dos meses en Vitoria, la tenista campeona de Álava, Marta García, le asiste y ayuda en la adaptación a su nueva vida. Karina Novikova tuvo que huir de Ucrania iniciada la guerra. Los bombardeos en Kiev, su ciudad natal, y el agravamiento del conflicto hicieron que su familia tomara la dura decisión de poner tierra de por medio. «Mi madre nos dijo que teníamos que marcharnos con urgencia. Fuimos a una ciudad fronteriza para estar seguras», relata con pausa. Tras un proceso burocrático, su madre, su hermana Sandra y Karina encontraron acomodo en la Peña Vitoriana, su hogar español donde intentan sortear la añoranza de su tierra y de los suyos. «Mis abuelos y mi padre están allí. Los hombres mayores de 16 años no pueden salir de Ucrania. Él es voluntario, pero hablamos todos los días. Estoy tranquila porque todos están bien», afirma contenta. El club vitoriano se ha volcado con esta familia ucraniana para asistirles en todas sus necesidades. El tenis ha sido el nexo de unión. Karina estudia en el colegio Corazonistas y entrena desde hace semanas en las pistas del Alto de Uleta. «Todo es magnífico. Estamos muy bien, Nos cuidan mucho y yo puedo seguir con mi formación académica y el tenis, deporte que practicaba ya en Ucrania donde logré algún campeonato regional, como Marta», explica en un guiño complice con la tenista alavesa. Su vida en Kiev antes del conflicto bélico «era maravillosa». «Vívíamos muy bien» recuerda.
Sus abuelos permanecen en Ucrania al igual que su padre, que ejerce de voluntario de guerra
lejos de su familia
Kiev, una ciudad maravillosa
«Es una ciudad muy grande. Era preciosa. Tenía un monumento parecido a la estatua de la libertad de Nueva York. Ahora ya no hay nada», reflexiona cambiando el gesto de su cara. De la mano de los entrenadores de la Peña, en poco tiempo ha mejorado su juego, algo que agradece. «Sé que mi golpe de derechas no es bueno, pero lo estoy mejorando. Mi fuerte es el revés», desvela. Sin separarse de ella, Marta desvela que su compañera «no suele hablar mucho de la situación de su país. La hemos acogido muy bien. Además, puedo entrenar con una chica que eso no es frecuente», agradece risueña. En puertas de la tercera edición del Araba World Tennis Tour Open, ambas han sido invitadas por la organización para competir frente a jugadoras profesionales, «de mucho nivel y con buen ranking». «Es una oportunidad que vamos a aprovechar», explican ambas. Jugarán en individual y en dobles haciendo pareja, motivo que les empuja a intensificar la preparación «para conocernos mejor en la pista». Los sueños de Karina pasan por una vida plena, algo que le arrebataron de cuajo. «Quiero volver a Ucrania pero ahora eso no es posible», reconoce mientras apunta que le gustaría continuar con su formación académica en España o Europa. «Quiero ser médico como mis abuelos y bisabuelos. En la Unión Europea creo que puedo tener más oportunidades», razona con una madurez impropia de sus tiernos 14 años.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión