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3 claves para librarnos de un mal hábito

En vez de centrarnos en hacer o no hacer un determinado comportamiento, hay que empezar por conocerlo bien y sustituirlo por otro que sea más saludable

Lunes, 11 de noviembre 2019, 23:05

Cuántas veces nos decimos: 'Mañana empiezo a...', 'mañana dejo de…'; y cuántas veces no logramos empezar ni dejar de hacerlo. ¿Os ha pasado? ¿A qué se debe que, a pesar de tener esa intención, no podemos conseguirlo? Y después de varios intentos nos resignamos, abandonamos, pensando que no somos capaces. 'Nos falta fuerza de voluntad', 'es imposible cambiar'... y un largo etcétera.

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Antes de proponeros estas tres claves, veamos primero qué es lo que no funciona cuando queremos cambiar un hábito. Si recordáis los tres componentes del hábito, solemos centrarnos en hacer o no hacer ese comportamiento. Por ejemplo, no comer entre horas. Aquí viene el gran límite de lograrlo. Centrarnos en el comportamiento supone dejar en manos de la fuerza de voluntad todo el esfuerzo. Recordemos que la fuerza de voluntad es como un músculo que va perdiendo su fuerza a lo largo del día. Por eso, en lugar de centrarnos en hacer o no hacer ese comportamiento, os propongo 3 claves para lograr cambiarlo desde otra perspectiva diferente.

- La primera es poner nombre a ese hábito que quiero cambiar.

- La segunda es conocerlo. Una vez que tiene nombre puedo hablar con él, quiero conocerlo mejor. Ahora, le hago preguntas como: ¿en qué momento lo hago?, ¿con quién lo hago?,y las escribo en mi agenda para tomar conciencia. Esto me indica cuál es su señal. Me voy dando cuenta de que 'cada vez que... hago este hábito'.

- La tercera clave consiste en cambiar un comportamiento por otro. Necesitamos sustituirlo por un comportamiento que sea saludable y que, sobre todo, me haga sentir bien. Pongamos un ejemplo práctico. Imaginad que quiero cambiar el hábito de comer un pincho de tortilla antes de entrenar por comer un plátano con unos frutos secos. Me facilitaré el logro de ese cambio de hábito llevando en la bolsa ese plátano para comerlo.

Lo más importante es que ese comportamiento que reemplaza me guste, porque si no es así, abandonaré rápidamente y volveré a mi automático. El cerebro tiende a repetir eso que nos hace sentir bien. Planifica bien ese cambio porque sino estaremos planificando fallar y, sin olvidar que los cambios de hábitos se generan a partir de la ilusión, las ganas y querer sentirte mejor.

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El proceso necesita tiempo. La fórmula del éxito: repetir, repetir y repetir.

¡Hasta pronto !

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