Patri Aisa: «En el deporte me queda un telediario»
La veterana portera vitoriana apura su carrera en Francia y mira con preocupación la situación del Covid-19
Olga Jiménez
Miércoles, 13 de mayo 2020, 10:30
Patri Aisa es el último eslabón del balonmano dorado alavés. Nacida de la cantera del Eharialdea, coincidió con la olímpica Patri Elorza o la eterna capitana del equipo, Leti De Pedro. Tras su paso por el Bera Bera, León o Kukullaga emigró a Francia, donde encontró acomodo para seguir ganándose la vida con el deporte. El Narbonne Handball es su actual equipo, con el que finalizó la liga en marzo debido al coronavirus. A sus 35 años, la espigada portera vitoriana se resiste todavía a una retirada que sabe llegará pronto.
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– Tiene un acento francés que delata el tiempo que lleva ya en el país vecino…
– (Risas) Curiosamente en Francia me notan rápido que soy española. Llevo aquí desde el 2013, algo se pega. Quería continuar con el balonmano y en España ya no había oportunidades tras la crisis. Pude continuar con mi carrera deportiva y alargarla, porque con 35 años ya no me quedan muchos más. Te diría que me queda un telediario (risas). Compatibilizo mi vida deportiva con dar clases de español y también con traducciones.
– Mencionado el confinamiento y ahora ya en la desescalada, ¿cómo lo lleva en Narbonne, donde vive actualmente?
– Con respecto a España hemos ido algo adelantados. En Francia ya teníamos antes una hora al día para salir a hacer deporte o dar un paseo a 1 kilómetro de casa. Nos han obligado a llevar un justificante para saber el motivo de la salida a la calle, si vas a hacer compras o motivos familiares. Nos ha dado cierto aire. En Narbonne la gente ha sido formal, pero en París hicieron restricciones. Nos ha dado un poco la vida. La información sobre el virus sigue dejando dudas y no sabes qué es lo mejor, si llevar mascarilla y guantes; salir o no. Esto es algo que nos ha desbordado.
– ¿Ha sentido miedo o temor por su salud?
– Buff. No sé, aquí el presidente Macron ha repetido hasta la saciedad que estamos en guerra. Siempre hay un poco de miedo. Tengo la suerte de que no estoy expuesta, ni estoy en primera línea. Tengo la suerte de poder cuidarme al máximo. No sé si me da más miedo el virus o la crisis económica que viene. Mi madre tiene un comercio en la Avenida de Gasteiz, es una tienda colchones. Me toca muy de cerca el tema del autónomo y ver que llegan las facturas y no hay ingresos. Está siendo duro y que queda un largo camino hasta que la situación se recupere totalmente.
«Hacer otra vida»
– Con la Liga acabada hace dos meses y más tiempo libre, ¿en qué lo ha invertido?
– Me gusta mucho la música. Toco la guitarra, estoy aprendiendo piano y me encanta bailar salsa y bachata. He aprovechado también para dedicarme a cocinar. El contacto con mi familia de Vitoria es diario. Al principio lo viví con cierto temor.
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«El balonmano en Francia tiene otra dimensión, en Tercera somos profesionales»
– Nacida de la escuela del Ehari, de una generación irrepetible, empezó con 20 años en Donosti en el Bera Bera, ¿qué le ha aportado el balonmano?
– Sobre todo, relaciones personales, amigos. No miro tanto los títulos que haya podido lograr. Tengo un palmarés amplio porque he pasado por varios equipos. En el Bera Bera ganamos la Copa, la Supercopa y fuimos quintas en la Recopa de Europa. He estado en León, en Castro Urdiales, en el Kukullaga de Bilbao. En Francia, en el Bouillargues, fuimos campeonas de Francia.
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– Su séptima temporada como profesional en el balonmano francés. ¿Se retirará allí?
– Cuando vuelva a España será para hacer otra vida. El balonmano en Francia tiene otra dimensión. Mi equipo milita en la Tercera y todas somos profesionales. Me puedo ganar la vida con el balonmano. Empiezo a estar cansada y psicológicamente cada vez me cuesta más ir a entrenar y pienso que me gustaría dejarlo, pero sé que cuando lo deje será para no volver y eso es lo que me frena aún.
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