Bajo el experto acompañamiento al piano de Rubén Fernández Aguirre, el concierto en conmemoración del 250 aniversario del nacimiento de Beethoven ofrecido en el Arriaga ... destacó, en primer lugar, por la disparidad de los colores vocales que exhibieron sus nueve intérpretes y, sobre todo, por la concentración y el buen nivel artístico al cantar en alemán. El comienzo de la velada, con el cuarteto de Fidelio, presagió el éxito general. La primera en aparecer en solitario fue la soprano Ana Otxoa, la voz más lírica y de mayor cuerpo, que la exhibió cantando con gran seguridad y clase el lied 'Mignon'. Agradó mucho la limpieza y claridad vocal del joven Josu Cabrero cuya fresca voz destacó en 'Lied aus der Ferne' mostrando logrados pianisimi. Le siguió el barítono José Manuel Díaz contraponiendo la gravedad de su voz con la ligereza de Cabrero. Cantó con voz de extensión, diríamos que con un color tendente a más grave que el baritonal y resolviendo bien lieder difíciles destacando 'Andenken'. La única mezzo en intervenir, Maite Maruri, abordó con gran expresividad 'L´Amante Impaziente' y unió a su ágil voz un gesto corporal preciso y convincente. La soprano Itziar de Unda aportó musicalidad, control y gusto en su actuación. Lo mismo cabe decir de Marta Ubieta, siempre afinada y con la garantía de su saber hacer. Olatz Saitua fue la voz más ligera, pero muy musical y la prueba es que el maestro Rubén Fernández Aguirre se despreocupó de mirarla con atención y dirigirla, por la seguridad y musicalidad en su canto sin partitura, al igual que percibimos con Itziar de Unda y el tenor Mikeldi Atxalandabaso. Este último tenor, evidenció su ya conocido aplomo escénico, así como las cualidades de su voz. Citemos finalmente al barítono Fernando Latorre que dejó huella de su veteranía escénica.
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