La expectativa sustituyó hace mucho al asombro. En cuanto se anuncia una nueva película o serie comenzamos a construir el guion en nuestra cabeza: seguro ... que el protagonista es así, luego le pasará esto y al final conseguirá aquello cuando descubra quién es realmente. Y lo peor es que acertamos de lleno en la mayoría de los casos. ¿Por qué? Porque esas historias se escriben para cumplir las expectativas. Y se escriben muy bien, sin duda. Hasta se disfrutan. Pero qué gusto da, rediós, cuando ves algo que no eres capaz de imaginar.
'Raised By Wolves' es, de largo, la serie de ciencia ficción más poderosa que verán en mucho tiempo. Lo mejor es no saber nada porque, de todas formas, tampoco intuirán nada. La serie, en HBO, crece y se ramifica capítulo a capítulo por líneas y horizontes inesperados, abrumadores y profundamente imaginativos. Dos androides, un puñado de niños, la fe y la ciencia. Una combinación infinita y ambiciosa, como la de Rómulo y Remo, amamantados por dos lobas en la estepa de una futura Roma.
El mismísimo Ridley Scott dirige varios capítulos, pero el creador de la serie y el que sin duda merece el primer aplauso es Aaron Guzikowski, guionista de la formidable 'Prisioneros', de Denis Villeneuve ('La llegada', 'Blade Runner 2049', 'Dune'). Luego viene el resto: el poderío visual, la banda sonora, el vestuario y, claro, los intérpretes. Menudo papelón hacen Amanda Collin y Abubakar Salim, los androides Madre y Padre. Brutales. Pero es que Travis Fimmel, Niamh Algar y el resto no desmerecen absolutamente nada.
'Raised By Wolves' es distinta. Es especial. Abre la mente y pide un esfuerzo: esto no es lo de siempre, dice. Antes de que te des cuenta lo sentirás. El asombro.
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