La manía persecutoria de María Teresa Campos, según Jorge Javier Vázquez

Las tardes de 'Sálvame' dan para mucho, aunque últimamente parece que no cabe todo lo que tienen que contar sobre María Teresa Campos y su clan familiar. «Ayer me fui a casa pensando que por mí, ya estaba. Pero hoy me encuentro con que Teresa ha hablado con Lecquio (el conde) y le ha dicho que yo estuve, pico y pala, convenciéndola para que hiciera la entrevista (de 'Sábado Deluxe')», declaraba el 'dueño del cortijo'. Y volvía a la carga. «Pongo a disposición de este programa y del que quiera mi teléfono y ahí se verá quién llama a quién», ofrecía y proclamaba: «Juro solemnemente que no estuve convenciéndola».

La batalla diaria contra la veterana comunicadora está alcanzando cotas surrealistas. «Cuando Teresa estaba más gordita y tenía una talla 46, las personas de vestuario de Telecinco le cambiaban las etiquetas y ponían una 40 para engañarla», desvelaba Vázquez aludiendo a la corte de aduladores que, al parecer, ha acompañado siempre a Campos. «Los días que hacía menos de un 25% de audiencia le decían que se había estropeado la máquina de medición para ocultarle los datos», seguía contando el presentador que también se refería a los «enemigos invisibles» de su entrevistada. «Cuando Teresa se iba a ir a Antena 3, yo trabajaba con ella en 'El Corrillo' de 'Día a día'. Y me dio una mañana insoportable. No sabía por qué hasta que me enteré de que ella pensaba que yo estaba maniobrando para quedarme con sus mañanas», explicaba.

La contienda no es solo con la matriarca, sus hijas también están metidas en el ajo. «Si me encontrara a Terelu por los pasillos de Mediaset no la saludaría porque se está portando muy mal», confesaba Jorge Javier molesto porque su compañera no le ha llamado y «está difundiendo la idea de que yo he convencido a su madre, y me parece muy mal Terelu», decía mirando a cámara muy molesto. «Nos estamos enfrentando a personas cuyas coordenadas mentales son muy distintas a las nuestras, viven en una realidad distorsionada y en este juego es imposible estar al mismo nivel», argumentaba el showman catalán, que agregaba: «Teresa vive instalada en una permanente manía persecutoria». Y razonaba su teoría: «Un día caracterizamos a Lydia Lozano de Kiko Matamoros en el programa. Esa noche, en una cena en la que estaba Carmen Rigalt, Teresa intentó convencer a los comensales de que 'Sálvame' había transformado a Lydia para burlarse de la quimioterapia que se estaba haciendo Terelu por su cáncer de mama. Así era la realidad que se había montado».

Ante la posibilidad de que Campos quiera ponerse en contacto con Jorge Javier, el periodista lo tiene muy claro. «No me interesa lo que me pueda decir. Es el típico chantaje emocional al que viene recurriendo desde el principio de los tiempos, y al que yo he sucumbido durante muchos años. Y se acabó», resolvió. «No le deseo ningún mal ni la voy a poner verde o despotricar sobre ella, pero se acabó, ya no tengo ninguna unión con ella. Ni quiero ni puedo», explicaba. Y zanjaba su disertación: «Debéis de pensar que soy un desalmado porque no quiero hablar con ella, pero necesito tiempo. Yo siempre he estado defendiéndolas y, ahora que me toca a mí, me están pisoteando. No me lo merezco», reprochaba..