Ivana Icardi y Finito se besan en el plató de 'GH Dúo': «Hay conexión total»

Parece que Ivana Icardi ha aprovechado bien el tiempo desde que fue expulsada el pasado jueves. El debate de 'Gran Hermano Dúo' arrancaba con tonteos y risas cómplices de la modelo y Finito, que hacían sospechar que entre ellos había pasado algo. Así que Ion Aramendi se lo preguntó directamente. «Hemos hablado», respondía ella esquivando la cuestión. El presentador insistió. «¿Dormisteis geográficamente cerca?», cuestionaba con ingenio. Más regocijo. «El jueves no dormimos. Había mucho de lo que hablar», afirmaba con cierta guasa el joven. Belén Rodríguez se dejó de zarandajas y fue al grano. «¿Hubo intercambio de fluidos?», interpeló. Ivana reía sonrojada y su compañero miraba hacia otro lado.

La argentina ya había dejado claro que el hombre que más le atraía de la casa era el artista performativo y él acogía con ganas la confesión. «¡Cómo no me va a gustar una niña como ella!», exclamaba Finito pletórico. «Hay conexión. Conexión total», aseguraba la pareja que, si no están iniciando una relación, están tomando el pelo a la audiencia. «Me siento súper orgulloso de que este regalo haya caído en mi vida», aseveraba él zalamero. Aramendi les instó a que subieran unas escaleras para acercarse así a un set romántico que les habían preparado. El comunicador les realizó un test de compatibilidad en el que acabaron admitiendo que esa noche iban a dormir juntos. Y como si de una boda castiza se tratara, el público empezó a gritar: «¡Que se besen, que se besen!». Y ellos, sin tener que insistir demasiado, obedecieron. Y fue 'de tornillo'.

Las que no se tienen mucho cariño son Ana María Aldón y Lucía Sánchez. «Me dan mucho coraje ciertas personas que se creen que somos gilipollas o que nos chupamos el dedo. Y me refiero a Ana María», lanzaba la de 'La isla de las tentaciones'. La joven se refería a que su rival evitaba pronunciarse cuando le preguntaban a quién había nominado el jueves. «No me acuerdo de lo que hice», aseguraba la ex de Ortega Cano. «Que se te ve el plumero», ironizaba Lucía. Ana María prefería hacer oídos sordos. «¿Por qué tengo tanta falta de memoria aquí, Súper? ¿No nos podéis pasar unos rabitos de pasas?», bromeaba ya en el confesionario. Y Lucía, indignada, atacaba. «No da puntada sin hilo. Le encanta hacerse la tonta, la que no se entera de nada. Y es muy lista», afirmaba.

Lucía se caracteriza por perder los papeles muy a menudo y un chaleco perdido desató la ira de la andaluza. Mayka Rivera se quejaba de que le faltaba esa prensa y su amiga estalló. «No paras de gritar y cuando empiece a gritar yo, tendré yo la culpa», clamaba Lucía. «Me suda los cojones el chaleco», sorteaba entonces Mayka. Aquello encendió a su adversaria. «Grita y grita y me pone nerviosa. Y yo también se chillar. Soy una energúmena», vociferaba irritada. Harta, Lucía tiraba la toalla. «Estoy hasta el mismísimo ya de la situación. Me hacen un favor si el jueves, aunque no esté nominada, hacen un televoto y me mandan a mi puta casa porque quiero estar con mi hija y no aguantando gilipolleces», bramaba. La bronca era curiosa y fue Marta López la que analizaba la jugada desde fuera. «Le tratan mejor porque se piensan que, de alguna forma, les va a beneficiar fuera», era la teoría de la tertuliana sobre Lucía. Y ésta explotó de nuevo. «¡Estoy harta ya!», manifestaba muy alterada.

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