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Vademécum

Guillermo Gómez Muñoz

Sábado, 8 de noviembre 2025, 00:10

Hay latinismos que esconden un significado original poco vinculado al uso contemporáneo del término. El estudio minoritario del latín provoca que lo evidente no lo ... sea tanto. Un ejemplo, en vías de extinción, es el latinismo «vademécum». Según la RAE, es un «libro de poco volumen y de fácil manejo para consulta inmediata de nociones o informaciones fundamentales». Con esta definición parece un libro de bolsillo, aunque los vademécums que han caído en mis manos eran antónimos de libro enjuto y escuchimizado.

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Como buen latinismo, su forma no ha evolucionado. Sí lo ha hecho su significado. El vocablo lo conforman la unión del verbo 'ir' en imperativo -'vade'- y un pronombre personal con preposición -'mecum'-. Ese libro de consulta es literalmente una llamada a la acción: 'anda conmigo'. Un compañero que camina con el especialista para que consulte sus dudas en el ejercicio de su profesión. Es también curiosa la evolución de 'mecum' en otros contextos. Hoy decimos «conmigo», lo cual no es más que emparedar entre dos 'con' al pronombre 'me'. El 'mecum' latino evolucionó a 'migo' por sonorización del fonema /k/, perdiendo los hablantes la conciencia de que ese '-go' ya escondía la preposición 'con', que para no perder protagonismo se puso a la cabeza del pronombre. Así el 'mi' está menos solo, debió de pensar.

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