Tarantino desencadenado
'Meditaciones de cine' son las memorias cinéfilas del responsable de 'Reservoir dogs'
Hacia 1992 hice críticas de cine para un programa que conducía Txema Soria en Onda Cero Radio. Las distribuidoras de películas organizaban pases matinales para ... la crítica de algunos estrenos con copias perfectas en versión original con subtítulos. De aquel año recuerdo dos, ambos en el viejo Coliseo Albia, de los que salí feliz. Uno fue 'El último mohicano', de Michael Mann; el otro, 'Reservoir Dogs', de Quentin Tarantino. La ópera prima se había estrenado en Sundance pero todavía se sabía poco sobre la película que iba a ser jaleada con ríos de tinta. Desde el delirante diálogo coral del comienzo sobre lo que en realidad trata la canción de Madonna 'Like a virgin', y de la secuencia de los créditos con la banda de atracadores con trajes negros marchando en cámara lenta al compás del potente tema musical (qué bien hace eso Tarantino; en 'Kill Bill' practicaba una subyugante variación de la misma idea con el avance de Lucy Liu y su afilado séquito), percibí que estaba ante algo distinto, que aquella no era una película más de policías y ladrones contada de modo convencional. Salí del cine deslumbrado.
Con ese nombre, Reservoir Books (sello de Penguin Random House) estaba predestinado a publicar las memorias de Tarantino cuando el juguetón Quentin las escribiera. De hecho, ya publicó 'Érase una vez en Hollywood', novela basada en el guion de la película, escrita por el propio Tarantino. No me animo a leerla, aunque la película (la novena, anuncia que no dirigirá más de diez), con la que me reconcilié del todo con su cine tras los tres títulos anteriores que no me convencieron del todo, me parece espléndida.
Estoy en plena lectura de 'Meditaciones de cine' (traducción algo solemne de 'Cinema Speculation'), esas memorias cinéfilas (en un artículo en EL CORREO, Oskar Belategi hacía una completa y atractiva reseña). El libro me está interesando y divirtiendo, aunque a veces el autor se explaya en demasía con la enumeración enciclopédica de títulos y la narración detallada de tramas (solo de películas emblemáticas); no deja de ser una prolongación de los largos diálogos en sus guiones, que en algunas secuencias de 'Malditos bastardos' y 'Los odiosos ocho' creo que caen en el manierismo de su personal estilo.
En el primer capítulo, 'El pequeño Q ve grandes películas', cuenta su precoz iniciación cinéfila. Desde 1970, con 7 años, su madre y su padrastro lo llevaban con ellos a sesiones nocturnas de películas no precisamente infantiles; a los 11 años le apabulló 'La matanza de Texas', que considera perfecta. En esa década de los setenta, el pequeño Quentin vio sus películas fundacionales, las que iban a forjar sus gustos y a marcar las características de su futuro cine. Son las películas del Nuevo Hollywood, que Peter Biskind disecciona en su estupendo ensayo 'Moteros tranquilos, toros salvajes'. El libro de Tarantino se disfruta más si se conoce bien el cine norteamericano de esa época, al menos los títulos famosos. Después, en su época de empleado en un vídeo club, su omnímodo apetito le llevó a tragarse también espagueti wéstern, pelis de kung-fu, 'blaxploitation' (cine negro interpretado por afroamericanos) y bodrios de serie Z que no habrá visto más que él. Una de sus películas que prefiero, 'Kill Bill volumen 1 y 2', que en el fondo es una larga bronca conyugal que se sale de madre, está resuelta con una amalgama de esos géneros y guiños a los mismos.
Por lo que voy leyendo y explicaba Belategi, el grueso del volumen se dedica al análisis, desde distintas perspectivas, de esos títulos para él favoritos y que cambiaron Hollywood. Incluye en capítulos específicos 'Taxi Driver', 'Fuga de Alcatraz'. 'Hermanas' o 'La cocina del infierno', entre otras de su ecléctica lista. Se refiere en 'Deliverance' al duro choque que produjo en los espectadores la explícita violación de Ned Beatty; doy fe. Ahora estoy con el interesante capítulo dedicado a 'La huida', donde narra el proceso mediante el que Steve McQueen escogió que la dirigiera Peckinpah y que su pareja fuera Ali MacGraw. Tarantino considera que 'Bullitt' y 'Harry el Sucio' (sin soslayar el componente fascista de Harry Callahan, interpretado por Clint Eastwood) innovaron el género policiaco. Como veinte años después, en 1992, haría él con 'Reservoir Dogs'. Un libro placentero para los lectores cinéfilos a quienes nos interesa el punto de vista de Tarantino también como espectador.
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