'El camino' empieza en Molledo

Aunque el libro no contiene ninguna referencia geográfica es fácil identificar el lugar con Molledo, más para alguien que vive en él. Carmen Múgica, profesora de Literatura ya jubilada, supo que 'El camino' estaba inspirado en la localidad cántabra en la primera lectura. «La vía, la carretera, el chorro, la poza del Inglés… Todo cuadraba». Años después, al comenzar a impartir clases en la escuela del pueblo, entregó el libro a sus alumnos y estos llegaron a la misma conclusión que ella.

Así nació la ruta literaria de 'El camino' en Molledo. Desde 2019, el recorrido está señalizado con paneles y placas informativas y también incluye hitos interactivos. Además, Carmen Múgica guía el trayecto con su propia edición del libro, lleno de anotaciones, en el que va leyendo pasajes en lugares representativos.

La ruta comienza a un kilómetro largo del pueblo, en el Puente del Rey. Allí el agua se precipita corriente abajo junto al túnel en el que el Mochuelo, el Moñigo y el Tiñoso se sentaban a ver pasar los trenes provinciales y los rápidos. Desde allí es visible el pico Jano (1.200 metros), que reina sobre el valle, y al que Delibes se refiere en la novela como el pico Rando.

Río abajo y siguiendo la carretera se encuentra la que en la ficción es la taberna de Quino el Manco. El edificio acogió en el pasado una taberna, también fue una confitería y en la galería de atrás actuaba un dentista, tal como cuenta en la novela. Junto a ella está la poza del Inglés, conocida en el municipio como la poza de la Confitería, y a la que en verano acuden los jóvenes del pueblo a bañarse.

En el pueblo pueden verse la casa de Daniel, el Mochuelo, la antigua quesería de Molledo, la botica, la casa del Indiano, la del zapatero, el palacio del marqués... También la casa de la familia Delibes, en la que un gran letrero recuerda que allí vivió el escritor. Tal como cuenta en 'Mi querida bicicleta', en el jardín trasero de la vivienda aprendió a andar en ella y, de joven, recorría casi 100 kilómetros hasta Sedano, en Burgos, donde veraneaba su novia, Ángeles de Castro. De hecho, ella fue quien despertó la vocación literaria de Delibes, que redactó 'El camino' en la máquina de escribir que le regaló cuando se casaron.

Casi al final de la localidad está la iglesia, santuario de la Virgen del camino, y el cementerio, en el que duerme el sueño eterno German, el Tiñoso, y donde está enterrado José Ramón Delibes, el hermano del escritor. Las referencias son muchas, a lugares y también a costumbres del pueblo, como cuando Paco el herrero saca en procesión la figura de la virgen y para en la plaza y frente al ayuntamiento, tal como hace la Virgen del camino.

Más que un homenaje al pueblo en sí, 'El camino' es un retrato y una carta de amor a las gentes de Molledo. Entre los personajes del libro hay algunos con base real. «Salvador, el padre del Mochuelo, no es más que el retrato del padre de Delibes», explica Carmen Múgica. No es el único. Hubo muchos que existieron de verdad, como Moisés, el panadero que repartía el pan en los pueblos del valle, la Mariuca-uca, una niña del pueblo; y las Guindillas y las Lepóridas, todas ellas inspiradas en las 'guiñas', dueñas de la tienda y la central, que recibieron ese apodo porque su madre y ellas guiñaban mucho los ojos.

Y, por si acaso las referencias a Molledo no estuviesen claras, el autor escribió una carta a la alcaldesa cuando fue nombrado hijo adoptivo del pueblo cántabro en 2009. «Amo a Molledo y a Molledo acudí cuando por alguna razón me vi obligado a salir de Castilla (...) Viví en él mi infancia y cuatro o cinco veranos de mi adolescencia. Fui feliz siempre. Me entusiasmaba el paisaje, la vida del valle de Iguña, de la que me sentía parte. En mi novela 'El camino' quedó inmortalizado y hoy lo conocen en las cinco partes del mundo».

Todo ello constituye un patrimonio inmaterial inmenso. «Ningún pueblo, ni siquiera el de La Mancha de 'El Quijote', tiene un homenaje como este», reconoce Carmen Múgica, que con la ruta literaria ha querido rendir homenaje a Delibes y destacar su importancia en la localidad. Al fin y al cabo allí nació su vínculo con la naturaleza y, tiempo después, con 'El camino' encontró su propio estilo narrativo, que marcó el resto de su obra literaria.