Los rasgos creativos de un genio
El Museo Balenciaga inaugura una muestra que plantea en cinco salas los conceptos definitorios en la obra del modisto vasco
«Bienvenidos al salón». La voz grabada saluda y alienta al visitante a penetrar en una lograda reproducción del salón de la Maison Balenciaga, en ... el número 10 de la Av. George V de París, donde cada temporada se presentaban ante un público selecto las colecciones creadas por el 'couturier' vasco. Esta réplica que incorpora las molduras art noveau, las clásicas sillas Napoleón III y hasta el vídeo original de uno de los desfiles, forma parte del nuevo recorrido expositivo con el que el museo de Getaria reabre sus puertas esta temporada bajo el epígrafe 'Cristóbal Balenciaga. Técnica, Materia y Forma'.
Son cinco salas en total, la primera de clara evocación biográfica, en las que se presentan 90 piezas, todas ellas creadas entre 1958 y 1962, es decir, en plena edad de oro del modisto. La réplica del salón parisino alberga suntuosos modelos de noche que reflejan expresamente la dedicación de Balenciaga a la Alta Costura, entre ellos un abrigo en terciopelo de la Marquesa de Casa Torre, la madre de la Reina Fabiola; o un vestido medio palabra de honor de Bunny Mellon, fechado en 1959, cuyo cuerpo de escote se sujeta con un enganche al collar de tres vueltas lucido por su propietaria.
Tanto en esta sala como en las siguientes, los maniquíes de Pierre Imans lucen estilismos de peluquería y ofrecen un cierto expresionismo gestual. Todos llevan en la mano una numeración, al igual que en los desfiles de antaño. La entrada en la tercera sala está presidida por una toile, un prototipo para marcar la forma y el corte, que pasó de la casa Balenciaga de París a la de Madrid. Las anotaciones a mano en la toile anticipan el objeto de este espacio: la legendaria técnica del 'couturier'.
Las piezas expuestas testimonian la técnica del corte al bies, los envolventes que giran alrededor del cuerpo, las espaldas ablusadas, los cuellos despegados, los vestidos de una sola pieza, etc. Unos vídeos recrean en 3D el movimiento envolvente al bies. También hay en este espacio un pequeño homenaje a las manos anónimas y al personal de la Maison.
Las dos últimas salas concluyen con dos cuestiones esenciales: la materia y la forma en Balenciaga. Una sorprendente chaqueta de noche fechada en 1937 refleja, en la primera, el trabajo sublime con un tejido de cintas de lamé totalmente fruncidas. Otros vestidos y conjuntos detallan también el nombre del fabricante de las telas y unos pequeños monitores enseñan los distintos tejidos, permitiendo ampliar la imagen para apreciar su trama.
El recorrido de esta muestra comisariada por Igor Uría termina con unas piezas que expresan la evolución formal del maestro, desde los modelos iniciales que imitan las creaciones de Vionnet a una simplificación cuasi abstracta como la de una túnica de cóctel que tiene una espalda 'saco' y que es de un minimalismo sorprendente.
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