Sangre de Muérdago: «Nuestra música habla de luz y amor, aunque atraviese turbulencias y duelos»
El grupo gallego-alemán presenta este viernes en Bilbao su nuevo álbum, sobre «este planeta que habitamos y nos empeñamos en diezmar»
En cierto modo, Sangre de Muérdago siempre llevan el bosque consigo. Da igual en qué entorno toquen, por urbano que sea: la música del grupo –gallego, pero con base en Alemania– obra ese prodigio de trasladar a los espectadores a un claro en mitad de la espesura, donde por supuesto siempre es de noche y quizá baila una reconfortante fogata. Y la música brota sin prisas, envuelta en misterio y oscuridad, recién creada pero a la vez tan antigua como los árboles más viejos. El próximo viernes 10 de octubre, Sangre de Muérdago trasladarán su bosque perpetuo a la sala D8 Sorkuntza Faktoria, en Zorroza, donde presentarán en directo su octavo álbum, 'O xardín', un disco que el escritor Manuel Rivas ha descrito como «un paisaje del alma» y «una llave que abre una zona secreta de nuestro ser».
Publicidad
En estos tiempos de atención dispersa, cuando buena parte de los espectadores de conciertos están más atentos a la pantalla alzada del móvil o se dedican a charlar, las actuaciones de Sangre de Muérdago sorprenden por el silencio reverencial que suele mantener el público. «Afortunadamente, en casi todos los conciertos se crea esa atmósfera. Es algo en lo que nos esmeramos: lo agradecemos mucho y creo que el público también. Cualquier lugar que tenga buena acústica donde se pueda crear un ambiente íntimo y acogedor es ideal para nosotros, independientemente del tamaño, aunque desde luego nos gusta tocar en lugares históricos, museos, capillas, jardines, espacios de piedra y madera...», explica Pablo Caamiña Ursusson, líder de la banda, que además de cantar toca la guitarra y la zanfoña.
Cuando se escucha a Sangre de Muérdago, tan enraizados en los sonidos tradicionales, puede sorprender que la trayectoria de Pablo incluya bandas de punk y black metal, pero en realidad todo eso se acaba filtrando de alguna manera en su manera de entender la música, y entre sus fans también conviven apasionados del folclore con fans de los sonidos más extremos. «Celebro inmensamente esa variedad. Puede ser que sea reflejo de esas influencias o de una carrera musical que habita en diferentes estilos aunque puedan compartir un mismo espíritu, que es donde creo que todo se entrelaza».
Otra característica de los conciertos de Sangre de Muérdago son las cuidadas presentaciones que Pablo hace de cada canción: «Me gusta mucho introducir a la gente en la historia de cada pieza», asiente. ¿Y cuál sería la línea narrativa o emocional de 'O xardín', que se ha publicado el 12 de septiembre? «El título del disco, que es también el de una de las canciones, hace referencia a la Tierra, ese exuberante jardín que habitamos y nos empeñamos en diezmar. La canción cuenta rápidamente el paso del ser humano por el planeta, un suspiro en la historia de ese 'xardín'. A lo largo del disco nos encontramos con diferentes tópicos, desde desprendernos de nuestra 'falsa persona' hasta las enseñanzas que nos brinda nuestro abismo interior, pero todos se entrelazan de algún modo en el concepto de proyectar una intención amable y solidaria hacia lo que nos rodea».
Del punk a la música persa
En el caudal folclórico que nutre la música de Sangre de Muérdago domina, lógicamente, lo gallego, pero también pueden detectarse a menudo ecos de Escandinavia, esos sonidos paganos que alimentan asimismo algunas corrientes del metal extremo. ¿Se trata de una combinación natural o premeditada? «La música gallega es mi compañera desde que soy un crío y la música escandinava comencé a descubrirla de adolescente, con Hedningarna. Al incorporarse Georg en 2013 con el 'nyckelharpa' (una especie de viola con teclas típica de Suecia) me descubrió mucha más música escandinava que disfruto mucho, aunque la influencia principal de ese ámbito ha sido siempre Hedningarna. Por raro que pueda sonar, en Sangre de Muérdago hay una variedad enorme de influencias, que pueden ir del punk a la música persa, pasando por una variedad de músicas tradicionales, rock, clásica o ambient».
Publicidad
Todo eso cristaliza en un estilo que se cataloga a menudo como 'dark folk', folk oscuro, aunque Pablo tiene una puntualización sobre esas melancólicas penumbras que acompañan al grupo: «Algo importante es entender que nuestra música habla de luz, amor y cuidado, aunque atraviese turbulencias, duelos e introspecciones. Cantamos sobre ese mundo que imaginamos, que creemos posible, y que esta música nos permite habitar durante un instante. O, al menos, acercarnos a él tanto como podamos».
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión