La rapsodia de God Save The Queen
Propulsado por la exitosa película 'Bohemian Rhapsody', el grupo argentino de tributo a Queen agotó el aforo de Miribilla: 7.500 entradas a 33 euros las más baratas
Las propuestas de los grupos tributos no suelen dar la talla por muchas razones. En especial, estéticamente suelen parecer cromos y generalmente tocan a menos ... velocidad que los homenajeados. Hay algunos que libran el listón (varios de Pink Floyd, alguno de AC/DC…), y entre ellos destaca el cuarteto argentino God Save The Queen (Rosario, 1998), liderado por el sosías de Freddie Mercury Pablo Padín, un cuarteto que el viernes agotó el aforo del pabellón de Miribilla metiendo a 7.500 personas. ¡Más gente que Bisbal hace dos semanas en el mismo recinto! ¡El doble que Raphael hace tres!
Los que son las modas, ¿eh? Gracias a la estupenda película 'Bohemian Rhapsody', que ha puesto muy de moda al grupo Queen y a su mostachudo líder Mercury, God Save The Queen / Dios Salve a la Reina viajan ahora con tres trailers. Antes ya les habíamos catado en La Casilla y en el BEC, donde congregaron a unas 2.000 personas por cita. Y la última vez que visitaron Bilbao recalaron en la sala Santana 27, en octubre de 2018, pero los hicieron dos semanas antes de que se estrenara el exitoso filme y metieron menos de mil espectadores, 700 según Oscar Cine, que estuvo ese día ahí: o sea que en un año los argentinos han multiplicado por 10, o cuando menor por 7, su público en Bilbao.
El caso es que estos Queen argentinos tienen mucho a su favor: la credibilidad escénica, la verosimilitud de sus personajes principales (en especial el bigotudo Mercury y el guitarrista pelucón Brian May), el acercamiento hard rock a su cancionero (ya entendemos por qué a todos los heavies les gustan Queen) y, además, el viernes en Miribilla la pegada compacta y clara del sonido expelido en el pabellón deportivo. En su debe quedaría que parecen unos Queen un tanto distantes, pues paradójicamente son argentinos mudos, apenas hablan al público, y cuando lo hacen sueltan frases típicas en inglés para hacer más creíble el trampantojo.
Sin un asiento libre y con la pista llena de gente apretada, los argentinos dieron un macroconcierto de 99 minutos para 21 temas (incluyendo un instrumental a solas del guitarrista Francisco Calgaro / Brian May), lapso en el que la temperatura interior subió tres grados (desde los 23 del principio hasta los 26 del final: qué frío se notaba al salir a los 17º que hacían casi a las 11 de la noche en Bilbao) y donde hubo tres explosiones de confeti a modo de espectáculo.
Pablo Padín imitó correctamente a Freddie Mercury: cantando muy bien, dramatizando al piano, cambiando poco el vestuario, paseándose con su recortado soporte de micrófono por todo el escenario, también subiendo y bajando las escaleras de las plataformas (tres trailers parecían muchos para no haber traído pantallas, que ya sabemos no se estilaban en esos años 70-80), y, lo más importante, manejando a su antojo al respetable, al que rascaba coros y palmas con suma facilidad.
¿Y las canciones? Todas muy bien. Si quieren algo, falta alma, pues es un grupo tributo, pero abundaron los momentos increíblemente apoteósicos. Dios Salve A La Reina abrieron muy hard roqueros y guitarreros con un 'We Will Rock You' a lo AC/DC, tras saludar Padín diciendo «kaixo, gabon» (no sonaría ninguna palabra en castellano) a la tercera cayó el rockabilly 'Another One Bites the Dust', de seguido Padín se sentó al piano y se lucieron con 'Somebody to love', superaron a Elton John en 'Killer Queen' (ya no sabemos si comparamos a dobles o a originales), otra apoteosis generaron en 'Under Pressure' (el termómetro marcaba ya 25 º), se serenaron en dos canciones acústicas en dúo May / Mercury que fueron 'Is This the World We Created...?' y 'Love of My Life', ambas con el público usando sus móviles como si fueran mecheros, en el roquero 'I Want It All' tocaron a dos guitarras (¡es que se sumó un pipa a la feria), y la 13º fue 'Bohemian Rhapsody', que brotó colosal, diversa y durante el despegue euforizante de la canción las luces de Miribilla se encendieron y se vivió la primera explosión de confeti.
Como no hablaban estos God Save The Queen, parecían extraterrestres, pero proseguían las canciones con momentos culmen cada dos por tres: 'Radio Ga Ga' puso a la masa a aplaudir alienada brazos en alto como en 'Metrópolis', la enésima diana la lograron con el riff de 'Hammer to fall' (con el pipa o técnico de sonido saliendo a escena otra vez a la segunda guitarra), la otra pieza rocabilesca de la noche fue 'Crazy Little Thing Called Love' («creo que conocéis la canción, preparaos para bailar», presentó en inglés Padín mientras se colgaba la guitarra acústica), en la más fiel al original 'We Will Rock You' (que sonaba por segunda vez, recuerden que abrieron cn esta en plan AC/DC) Padín apareció con el torso desnudo, los argentinos acabaron con un 'We Are the Champions' que generó otro delirio comunitario en Miribilla (aquí hubo la segunda explosión de confeti y vimos que el termómetro ya había subido tres grados, hasta los 26), y GSTQ dieron un bis triple con un 'I Want to Break Free' con Mercury disfrazado como en el video (peluca morena y sujetador con relleno), un 'The Show Must Go On' muy intenso, y el adiós con otro adelantamiento a Elton John en el estupendo rocanrol setentero 'Don't Stop Me Now', con la tercera explosión de confeti.
Aprovechemos aquí para afirmar que la película de Queen 'Bohemian rhapsody' es mucho, mucho mejor que la de Elton John, 'Rocketman' (hemos tenido que mirar en Google para refrescar el título en nuestra memoria). Y tres veces que hemos visto a este tributo de Queen, siempre en recintos grandes, y la mejor.
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