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Larga cola afuera para entrar y media entrada dentro, con la parte de debajo del Teatro Barakaldo casi llena, en la cuarta cita de las ocho de los 26º Viernes Flamencos (contando el prólogo, que cayó en lunes). Bajo el nombre o reclamo de 'Dos guitarras' oficiaron Pepe Habichuela y su hijo Josemi Carmona, el de Ketama, con la ayuda del percusionista Bandolero, también gitano. Durante 79 minutos y 11 piezas actuaron alternando los formatos, en trío, dúo y en solitario cada uno de los dos protagonistas, y todos fueron igualmente aplaudidos, incluso exageradamente tras los fandangos de Huelva en trío que parecieron un ensayo demasiado lento.
Ese fue el punto bajo de una cita ondulante y a la postre satisfactoria con muy buenos momentos de ambos tocaores. El padre, Pepe Habichuela, granadino de 78 años, saludó diciendo que le agradaba volver a Barakaldo donde el público es maravilloso con él, y el hijo, Josemi Carmona, madrileño de 51, dijo después: «Me siento superemocionado de poder tocar con una figura única como mi padre por sonido, personalidad y toque. Es un regalo para Bandolero y para mí. Es la primera vez que lo hacemos en España y encima en un sitio que ha mostrado siempre un cariño especial hacia la persona de mi padre». Bueno, hay en YouTube actuaciones previas en España con la misma formación, aunque es verdad que el serial de los Viernes Flamencos los presentó destacando que ambos músicos 'unen sus repertorios', cada uno el suyo, cada cual su estilo.
El padre se ajustó más a los cánones flamencos de la tradición perenne, y el hijo interpretó más libre, modernista e improvisador, sorteando muchos parámetros. La cita comenzó con Habichuela en solitario tocando una soleá racial y templada que renqueó en su segunda parte debido a la digitación de la mano izquierda. Y tras el mentado fandango que pareció un ensayo, Josemi a solas asentó las expectativas gracias a unos tarantos con fondo, relajación y globalidad. Y de seguido a dúo con Bandolero experimentó con el jazz en un par de temas, el primero un 'Moon river' con contoneos brasileiros que podría gustar al mismísimo Sting.
A continuación Habichuela de nuevo a solas se reivindicó en uno de los dos grandes momentos de la velada mediante una malagueña magníficamente ejecutada por él y que coló pregrabada la voz de Morente (y al acabarla señaló al Cielo). A dúo con Bandolero el veterano maestro voló alto en las alegrías (tocó tan bien que parecía que había loops, que sonaban dos guitarras, pero no: era él solo con sus dos manos) y más cogido con pinzas pareció en las seguiriyas («toque gitano, ¡agua!», se oyó animar entre las bambalinas al hijo al principio de éstas, y al acabarlas salió a escena halagando: «vaya caña le da el viejo, no tiene piedad»).
Y tras una pieza a solas de Josemi que fue 'Nana del caballo grande' con la voz de Camarón pregrabada (al acabarla también señaló al Cielo), el final en formato trío se reservó para unos tangos correctos y, a modo de bis, unas estupendísimas y brillantes bulerías que fueron el segundo gran momento del encuentro y que dejaron el listón muy alto para que el público partidario o no saliera supercontento.
Y atentos a la quinta cita de los 26º Viernes Flamencos con Cristian de Moret y su show en cuarteto eléctrico y electrónico 'Caballo rojo' en la sala pequeña, la del sótano, del Teatro Barakaldo. Dios mediante, ahí estaremos.
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