Homenaje a Antonio Vega a cuatro micrófonos
El show sobrio llamado 'El sitio de mi recreo' evocó nostálgico al difunto ex Nacha Pop en un Teatro Campos lleno que recordó el cancionero del madrileño en las voces de Shuarma, Teo Cardalda, Anni B Sweet y Nacho Campillo
Lo que más, o más bien lo único, que chirrió o flojeó este viernes en el Teatro Campos, ocupado por 530 nostálgicos, durante el homenaje a Antonio Vega (1957-2009) llamado 'El sitio de mi recreo', fue precisamente el tema titular, el cual, a pesar del empuje coral del medio millar de espectadores presentes y predispuestos, perdió pegada, continuidad y delicadeza debido a la partición de la letra entre los cuatro cantantes, cada uno entrando a escena con su micrófono particular: el barcelonés Shuarma de Elefantes (el mejor vocalista), la malagueña Anni B Sweet, la benjamina con sus 36 años (quien por momentos pudo llamarse Anni B. Torroja, por la de Mecano), el vigués Teo Cardalda de Cómplices y Golpes Bajos, más el pacense Nacho Campillo de Tam Tam Go, el senior a sus 63 años.
'El sitio de mi recreo' es un tributo apoyado en la banda del malogrado Antonio Vega, cuatro músicos, entre ellos el teclista y mano derecha musical y humano durante más de veinte años Basilio Martí, y el bajista de sus discos Billy Villegas, que tocan con bastante fidelidad el legado del ex Nacha Pop («están clavadas todas, hasta los solos de guitarra», sentenció Óscar Esteban) y que en esta gira proyectan la propuesta con la participación de los citados cuatro vocalistas con nombre propio, presentados en la promoción como «sus íntimos amigos y colaboradores», aunque no todos se saben las letras y tiran de atril (Shuarma y Cardalda).
Cursó correcto el homenaje (no lo llamemos tributo), con el hándicap previsible de la limitación de decibelios del teatro Campos (la batería sofocada, la guitarra sonando baja incluso en los punteos, el teclista destacando el que más, y el conjunto sin alcanzar el potencial que lograría en otro recinto), con falta de alma achacable a la lógica ausencia de Antonio Vega (apareció de modo recurrente en los agradecidos fondos de pantalla, con fotos y portadas de discos fijas e inmutables en cada canción.
En total, 21 canciones en 120 minutos redondos (dos horas exactas), con la falta evidente de un guión (demasiado sobrio es el concierto), con excesivo respeto y convencionalismo de los cuatro cantantes al atacar el repertorio (ese pasar de una canción a otra sin protocolos ni solución de continuidad), con la incapacidad de romper la cuarta pared (un poco de comunicación con el patio hubo en la segunda mitad, menos mal, y así los vocalistas dijeron que la banda era legendaria, que las canciones de Vega son grandes y eternas, que según Teo Cardalda el malogrado Vega era un tipo «profundo y salvaje»…) y la falta de calor general al interpretar su cancionero (sólo hubo calor en la última, 'La chica de ayer', con los cuatro cantantes oficiando más en conjunto, el público cantando en pie y el teatro iluminado).
Pero para ser un tributo estuvo bien este proyecto similar a los nuevos Jarabe de Palo, que son la banda base más varios cantantes invitados. El volumen fue bajo como es obligatorio en el Campos pero el resultado no se hundió y, exceptuando el citado tema titular, 'El sitio de mi recreo', el resto de las adaptaciones no desmerecieron (las que intervinieron los cuatro bajaron la media, cierto), y bastantes de ellas tuvieron vida extra. Tomen nota de las dos mejores revisiones, que fueron 'Mi hogar en cualquier sitio', entonada por Shuarma, con influencia para Love Of Lesbian, el tono vocal del primo Nacho García Vega, y final blusero, más 'Anatomía de una ola', llevada por Anni B Sweet a terrenos de Mecano.
Y estos otros siete títulos les quedaron bien: 'Esperando nada' con Anni B Sweet se acercó también a Mecano; 'La última montaña', entonada por Nacho Campillo, devino blues-rock americano con punteo Joe Bonamassa; Teo Cardalda arrastró 'Océano de sol' a la fusión progresiva; Shuarma pasó del pop ochentero al indie posterior en el creciente 'Elixir de juventud', que cosechó palmas espontáneas del respetable; Anni volvió a destacar en el pop 'Estaciones'; y para acabar las dos últimas (las tres contando con 'Atrás') fueron de Nacha Pop.
Teo Cardalda, tras un parlamento presuntamente telefónico fuera de lugar (tanto que afeó al público que se riera, fue un momento surrealista), cantó y tocó el piano en 'Una décima de segundo' llevándola al funk de Billy Preston, y se despidieron todos con la citada 'La chica de ayer', con la gente en pie y aparentemente feliz, y con Teo filmando al público del patio lleno con el móvil. ¿Ustedes creen que verá lo que grabó?
