«La apertura engrandece el flamenco»
El popular cantaor jerezano expone en Bilbao con banda eléctrica su «obra magna» 'El Oripandó'
Josu Olarte
Miércoles, 29 de noviembre 2023, 18:55
Ligado a una de las dinastía con más raigambre del flamenco gaditano, José Soto Soto, alias Jose Mercé (Jerez de la Frontera, 1995) lleva más ... de cuatro décadas en activo como cantaor por derecho propio; ensanchando el universo y expresivo y comercial del flamenco. Su último trabajo 'El Oripandó', el sol, el amanecer o el tránsito de la luz a la oscuridad para los gitanos, impulsa «a otra dimensión» su enfoque renovador del género, con la complicidad de Antonio Orozco, que ha producido y compuesto las canciones de esta 'biografía cantada' surgida tras dos años y medio «emotivo e intenso» de trabajo y confesiones. Pablo López, La Mala Rodríguez, los pianistas Dorantes y Lang Lang o su compadre Tomatito con quién grabó su entrega previa 'De verdad' (18) han colaborado en el álbum, que aborda incluso episodios tan doliente como la muerte de su hijo Curro con solo 14 años por una dolencia cardiaca en el tema 'Jamás desaparece lo que nunca muere'.
Antiguos cantes de fragua, orquestaciones sinfónicas, bulerías con toque de rock, patrones de rap y electrónica conviven este álbum «distinto a todo lo que he hecho y con tanto riesgo como hondura verdad flamenca», apunta el maestro jerezano, en vísperas de su presentación este jueves en el Teatro Campos (20 h. entradas desde 32€) con el respaldo de una banda con batería, bajo, guitarra eléctrica, piano y teclados y espacio tanto para su faceta más flamenca tradicional como para sus versiones de clásicos de la música popular
-¿Qué le ha llevado a estas alturas a abordar un disco tan poco convencional como 'El Oripandó'?
-A estas alturas me apetecía hacer como una biografía cantada que marcara un hito en mi carrera. El Oripandó es el sol, el amanecer de un nuevo día para los gitanos, y algo de revelación o de ver la luz ha sido para mí esté intenso trabajo con Antonio Orozco que no me parece un disco más en mi carrera, sino algo más especial; una obra magna . innovadora, emotiva y sincera que, en principio, no sabía si iba a ser capaz de abordar.
-¿En qué sentido? ¿Por su enfoque innovador y abierto a influencias ajenas al flamenco?
-Sí, algunos temas me parecieron de un planteamiento tan sorprendente que no veía por donde cogerlos. Pero las cosas fueron fluyendo y creo hasta me sorprende que yo haya podido interpretar algo tan grandioso. Cuando la apertura a otras músicas está bien hecha el flamenco se engrandece. Toda mi vida he apostado por un flamenco abierto. Este disco tiene riesgo pero también hondura y verdad. Lo que me molesta es que se llame flamenco a lo que no lo es. O peor que digan flamenquito. Porque cuando yo hago un 'Mami Blue' digo que no estoy haciendo flamenco aunque en mi voz suene flamenco.
-¿Qué le llevó a elegir como productor para un disco tan personal a alguien sin experiencia en ese terreno como Antonio Orozco? ¿Le parecían sus discos una buena referencia?
-Siempre he visto en él una sensibilidad muy flamenca. Nuestra conexión surgió trabajando ambos en el programa de televisión La Voz. Le comenté la posibilidad de hacer algo juntos y se pensó que le estaba vacilando o así. Al día siguiente me preguntó: 'Maestro ¿lo que ayer me dijo es verdad?' Ha sido una gran experiencia para ambos. Un trabajo muy bonito en el que los dos hemos disfrutado mucho y que ha surgido de las muchas horas de conversaciones, confesiones y música que durante más de dos años, y con una pandemia de por medio, compartimos desde que entré en el estudio que tiene en su casa de Sitges que es una maravilla. El disco que ha salido hay que escucharlo mucho porque, aunque suene diferente, todo desde el preludió con Pablo López hasta la alegría final es del mundo del flamenco.
-De esas confesiones íntimas surgió un tema dedicado a la pérdida de su hijo Curro.
-Sí, se volcó a fondo para conocerme y escribir canciones que me representaran. No solo hablo conmigo, sino con mi mujer, mis hijas, mis nietos, Tuvimos una sintonía especial en la parte dolorosa porque él también perdió a su mujer. Siento como biográficas todas sus letras porque en realidad lo que hizo fue concretar en palabras mis confesiones. 'Jamás desaparece lo que nunca parte', le comenté en una conversación y él lo tomó tal cual para el tema dedicado a mi hijo Curro. Me pareció tan emotivo que me costó grabarlo. Me sigue emocionando cantarlo en directo.
-De entre sus colaboradores sorprende la presencia de una estrella del mundo clásico como el pianista chino Lang Lang.
-Sí. Fue posible porque ambos somos artistas de Universal. Nunca había escuchado nada parecido a esa bulería tan especial ('El Caminante') en la que quiso tocar. Orozco le mandó todas las maquetas y quedó tan encantado que quería tocar en algún temas más, pero se atrevió a decirla una estrella con él que ya teníamos más colaboradores.
-¿Le viene bien al flamenco la aparición de figuras polémicas o que rompen las convenciones como El Niño de Elche?
-De El Niño de Elche no voy a hablar porque ni he reflexionado sobre lo que hace, pero en flamenco y en todos siempre ha habido figuras polémicas. Tiene que haber gente que rompa moldes para que un arte vaya adelante. Al final el tiempo da y quita razones y permanece lo que vale y la gente sigue apreciando y valorando más años después: es lo que pasó con 'La leyenda del tiempo' de 'Camarón sin ir más lejos'
-¿Cómo ha planteado las presentaciones de su nuevo álbum? ¿Hay espacio para el flamenco más genuino asociado también a José Mercé?
-El espectáculo empieza con El Oripandó en tinieblas con una taranta y luego nos vamos al martinete y cantes más primitivos. Tras los ocho temas del álbum que presentamos con visuales muy atractivos nos vamos luego el flamenco tradicional de siempre y también algunos de los éxitos de mi carrera. Es un concierto de dos horas en el que la gente disfruta y se emociona a partes iguales. Si el público lo hace la mitad que yo en el escenario ya me doy por satisfecho.
-¿En qué palos siente más suyos, los festeros o en los más dolientes?
-Me siento cómodo en todo tipo de palos, afortunadamente creo que tengo esa versatilidad para el cante. Yo he cantando de todo, hasta el prospecto de Bisolvon, que me obligaron una vez en la radio (risas). Me siento muy a gusto cantando por soleá, por seguiriyas, y en las alegrías, tangos y, por supuesto, en la bulería que es el cante de mi Jeréz por antonomasia. Y también en los cantes antiguos, en general en todo lo que sea verdad y por derecho.
-¿Se siente también a gusto cantando en directo con una banda eléctrica? ¿Lo había hecho antes?
-Es algo nuevo para mí pero acoplarme a formatos distintos me resulta natural, es algo desde que a los 13 años me llamaran Mercé por cantar acompañado de un órgano. Me ha costado pero ahora me siento muy a gusto. Lo que más me costó fue acostumbrarme a esos 'in ears' que mi director musical Alex Romero me dio para aislarme y escuchar muy bien a todos los músicos. Son como tener un monitor metido en el oído. Al principio me resultaban incómodos y fríos pero ahora me he acoplado y me parecen una maravilla.
-¿Qué planes tiene para el año entrante? ¿Tendrá la conexión con Orozco continuidad?
-No lo sé, ya veremos. Partido a partido, que diría Simeone. Lo que sí tengo claro es que seguiremos mostrando en directo el año que viene 'El Oripandó', porque siento que es un disco mayor que requiere su tiempo y que más gente irá descubriendo. También tengo ganas de preparar la antología de toda mi obra que tengo en mente desde hace tiempo. No porque piense en dejarlo. Es tanto por satisfacción personal, para quedarme a gusto dejando un testimonio como para que la gente joven interesada en el flamenco pueda tener una referencia buena a la que acudir.
-Así que después de cinco décadas de carrera tiene voluntad de continuar danto en cante, con perdón.
Tengo 68 años pero estoy en un momento muy feliz y con muchas ganas de seguir sorprendiendo con cosas nuevas y disfrutando en los escenarios. Así que, si la salud me lo permite como hasta ahora y el público no me dice que me vaya a casa, habrá José Mercé para rato.
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