Miguel Clavería expone sus cuadros sobre las vivencias del pueblo gitano vasco
La exposición 'Dombipen Kaló', abierta hasta el día 16 en Otxarkoaga, refleja los campamentos y la convivencia entre culturas
'Dombipen Kaló'. Arte gitano. Así se llama la exposición que durante los próximos días -excepto fines de semana y festivos- se puede visitar en ... el centro cívico de Otxarkoaga, hasta el 16 de abril. Ese arte gitano es el de Miguel Clavería, pintor autodidacta que, como se encargaron de recordar varias personas en el acto de inauguración de ayer por la mañana, no es solo memoria pictórica del pueblo gitano de las últimas cinco décadas; sus cuadros son memoria del pueblo vasco, ese al que él también pertenece. Nacido en Arrasate-Mondragón en 1943, Miguel Clavería Amaya se trasladó muy pronto a vivir a Bilbao, al barrio de Otxarkoaga, y en sus pinturas aparecen por igual las estampas de sus ancestros (las que él también vivió) en valles y riberas de ríos por el País Vasco y Burgos, con sus carromatos y sus campamentos, y la ría de Bilbao, las grúas junto a ella, la basílica de Begoña asomando entre los tejados del Casco Viejo y el Serantes de fondo.
Su trabajo es el reflejo de una identidad en la que lo gitano y lo vasco conviven y por eso la Asociación de Mujeres Gitanas de Euskadi ha impulsado esta exposición cuando está a punto de celebrarse el Día Internacional del pueblo Gitano, el sábado, día 8. La figura de Clavería contribuye a ampliar referentes, a mostrar esa convivencia intercultural y a contar también una historia que ha ocurrido en esta tierra. Si los cuadros del pintor están llenos de campamentos, de mujeres lavando a la orilla del río y de flamenco o evangelización a la luz de la lumbre, mostrando una vida ambulante, es porque estas personas solo tenían permiso para quedarse en el mismo sitio durante tres días seguidos. Luego debían recoger sus cosas y trasladarse. Es lo que Clavería vivió en su infancia y lo que se cuenta en gran parte de la obra expuesta estos días en Otxarkoaga. Entre todo el color y la naturaleza, hay un contexto que 'Dombipen Kaló' ayuda a entender.
La beca que no pudo ser
Ya dibujaba desde niño, de forma autodidacta. Hoy como entonces, pinta «lo que sale de dentro, plasmo lo que siento», explican su mujer y una de sus hijas, traductoras del artista desde que éste se quedó sin poder hablar hace muchos años debido a una enfermedad. Tal y como dice Noemí Amaya, de la AMUGE, hay que imaginarse que no fue fácil para un joven gitano abrirse un hueco en el mundo del arte, pero lo hizo. Ya en los años setenta, su hermano hacía de representante y movía su obra y, con el tiempo, tuvo en el pintor José Luis Aldecoa Echebarria un maestro. La Enciclopedia Vasca le dedicó un fascículo en el que lo comparaban con Goya. Clavería oye esto y se ríe. Gustarle le gusta, tanto la comparación como el pintor aragonés, claro, pero sigue considerándose un aficionado y prefiere no compararse con nadie. «Me gustan todos los pintores, todos los que son buenos», zanja.
Una vez le ofrecieron una beca para ir a formarse a Roma. Para entonces ya habían nacido cinco de sus nueve hijos (siete mujeres, entre ellas Tamara, que es la presidenta de AMUGE, y dos hombres) y aquello no fue posible. La familia vivió del trabajo en el mercadillo, con la chatarra y los cestos de mimbre, de la venta ambulante. Pero Clavería nunca ha dejado de pintar en estos 50 años. A las seis o las siete de la mañana ya puede estar con los pinceles para seguir retratando esa vida, la suya y la de sus ancestros, a todo color. Su obra, dice la familia, es un ejemplo de «resistencia» del pueblo gitano vasco. «Nadie lo ha contado como él, desde la vivencia». Su trabajo le sirve ahora a su gente para visibilizar la memoria del pueblo gitano y reivindicar la lucha contra el antigitanismo. La muestra puede visitarse hasta el miércoles y la semana que viene, de martes a viernes, entre las 8.30 y las 22.00 horas. El resto de los días, debido a ser Semana Santa y de Pascua, el centro cívico estará cerrado.
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