Luis Chillida: «Tenemos la tranquilidad de pensar que Chillida Leku no va a desaparecer»
PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN CHILLIDA-BELZUNCE ·
El hijo del artista valora de forma muy positiva el primer año de reapertura del museo y destaca la conexión de la familia con la galería Hauser & WirthEl museo Chillida Leku cumplió el pasado viernes un año desde su reapertura con un balance positivo, tanto en el plano artístico, mediante el ... acuerdo de la familia con la galería Hauser & Wirth, como en el de público, con cerca de 80.000 visitantes en los once meses de funcionamiento efectivo del centro. En medio de esta situación atípica, su anterior director y actual presidente de la Fundación Eduardo Chillida-Pilar Belzunce, Luis Chillida, considera que no hay peligro de descapitalización artística del museo por la venta de obra y que el acuerdo con la galería suiza garantiza la supervivencia de Chillida Leku.
- Un primer aniversario que llega en una situación extraña.
- Pues sí, extraña y un poco insólita. Pocos pensaban que nos podría pasar a la sociedad una cuestión como ésta, pero al final la vida sigue y los acontecimientos ocurren. Para nosotros es un motivo de satisfacción pensar que el museo ha pasado por muchas vicisitudes en su vida y ésta también habrá que superarla.
- Y llega con buenas cifras: cerca de 80.000 visitantes en once meses de funcionamiento real.
- Unas cifras muy buenas y creo yo que en un nivel de excelencia. El museo ha pasado a tener un equipo y una profesionalidad que han enriquecido muchísimo la experiencia de la visita a Chillida Leku y el trabajo que se ha hecho desde el equipo, con Mireia (Massagué) al frente, nos ha ayudado mucho.
- En su opinión, ¿en qué ha mejorado el museo respecto a su primera etapa?
- En la primera etapa nosotros funcionamos mucho con el corazón, con el deseo de hacer las cosas lo mejor posible y creo que logramos hacerlo bastante bien, pero sí que nos faltaba un grado de profesionalidad en la gestión de un equipamiento cultural a la altura de lo que se merecía nuestro padre. Hoy en día, con esta forma de trabajar en conjunto con Hauser & Wirth, hemos llegado a unas cotas que difícilmente hubiéramos podido alcanzar sin este acuerdo.
- Desde ese punto de vista, ¿se puede decir que esta reapertura ha cumplido los objetivos de la familia?
- Sin duda, sí, ha cumplido y con excelente nota. Estaba la obra y estaba el espacio que la rodea y que diseñaron y prepararon con todo el cariño del mundo nuestros padres, pero sin duda, darle ese plus de estar más puesto al día, de mejora de la comunicación y de información, y los equipos de guías que se han formado suponen un paso importante para un centro como el nuestro. Cualquiera que vaya a Chillida Leku se encontrará con el de siempre, pero que ahora ofrece algo más que la gente agradece mucho.
«En la primera etapa del museo, funcionábamos con el corazón, pero nos faltaba profesionalidad»
- También se ha reorganizado la exposición permanente del interior del caserío.
- Sí, la posibilidad de trabajar de forma conjunta con Hauser & Wirth nos ha permitido acceder a una serie de préstamos de obras que no son nuestras. Lo que siempre hicimos fue tener nuestra colección y ponerla a disposición de la gente, pero ahora podemos acceder a obras que estaban fuera de nuestras posibilidades y capacidades. Por eso digo que son pequeñas cosas, pero permiten ver que la experiencia se ha enriquecido.
- ¿Ha dado la familia un paso atrás en la gestión del museo?
- Tampoco diría yo un paso atrás...
- ¿Un paso a un lado?
- Acompañando. Estamos con ellos, pero sí permitiendo que se hagan unos trabajos necesarios, de común acuerdo. No ha habido nada que fueran imposiciones ni de un lado, ni de otro. Todo lo contrario: no hay un lado, ni otro, somos un equipo en el cual trabajamos conjuntamente. Lo que realmente nos interesa a todos es que el museo sea lo más exquisito y perfecto posibles. Esos pasos se están dando y el futuro augura buenas perspectivas. Claro que hoy en día nadie sabe cómo va a ser el futuro, ni cómo se va a retomar la actividad, cómo vamos a funcionar durante un tiempo... Estamos en un momento de incertidumbres, pero lo más importante es cuidar de la salud de la sociedad en general y, por supuesto, en nuestro equipamiento del personal y de los visitantes.
- ¿Cuál es la situación laboral de los trabajadores de Chillida Leku en estos momentos?
- En este momento, hay un ERTE que no es total. Ya desde el 9 de marzo hubo una parte del personal que trabajó desde casa y el 14 se cerró el museo. El 13 ya se veía la situación y se tomó la decisión del ERTE porque hay trabajos que están directamente vinculados al público, no se pueden hacer desde casa porque con el museo cerrado desaparecen. Otras personas tienen establecidos un número determinado de días en los que trabajar de forma telemática. Y también hay que mantener el jardín y limpiar las obras porque aunque no haya gente, sigue habiendo pajaritos que van volando y que dejan sus cosas. Es una circunstancia más y con este proyecto ya hemos pasado por muchas.
«La visita se ha enriquecido gracias al trabajo del equipo, con Mireia Massagué al frente»
- ¿Ha habido algún cambio respecto a las procedencias de los visitantes?
- Bueno, más o menos tengo la percepción de que ha habido un aumento de los extranjeros que han venido, un fenómeno vinculado al turismo que recibimos, y sí se ha notado un aumento de visitantes locales, que eran una asignatura pendiente. Todos los programas que se han realizado han sido una forma de enriquecer la visita, al igual que el hecho de tener una cafetería y nos han acercado a este público local, que siempre es importante, por algo somos de aquí, que las personas de nuestro entorno disfruten de este lugar. La propia accesibilidad que da el abono anual te permite venir todas las veces que quieras a un precio muy económico, lo que hace que mucha gente venga a hacerse unas fotos, a darse un paseo... Todo eso enriquece la unión del museo con su entorno.
- Mencionaba antes a Hauser & Wirth. ¿Qué ha aportado la galería al proyecto de Chillida Leku?
- Esa profesionalidad. Nosotros no éramos grandes profesionales en este tema. Sí, había hecho mis cursos de gestión cultural, pero esa unión tan cercana a nuestro padre y a su trabajo nos llevaba a ser muy precavidos y cautos en la forma de hacer las cosas. Esta unión nos ha llevado a ampliar esos horizontes y ver que hay que abrir los brazos. Todo esto nos ha enriquecido a todos y le ha dado una viabilidad cultural al proyecto.
- Al ser Hauser & Wirth una galería, hay quien teme que las ventas de obra descapitalicen el museo desde el punto de vista artístico...
- No, yo no veo eso riesgo, porque precisamente lo que Hauser & Wirth ve es que para un artista es muy importante a todos los niveles tener un lugar como Chillida Leku. No hay casos comparables, esto muy especial y único. Y la obra que tenemos la familia es la que tenemos en el museo, pero siempre ha habido más que ha estado viajando a exposiciones.
- Es decir, que no se va a vender ninguna de las obras emblemáticas de Chillida Leku...
- No, sin duda que no, porque la importancia de este núcleo la tenemos clarísima, no sólo ha familia, sino también Hauser & Wirth. Es imprescindible y es algo que trabaja por el bien del resto de la obra. Lo que hay que hacer es que el conocimiento sobre la obra de mi padre llegue también a otros lugares y otros museos del mundo. Son cuestiones que hay que hacer con tiento, cuidado y previsión, y sin duda, ellos la tienen. Eso nos da esa tranquilidad de pensar que Chillida Leku no es algo que vaya a desaparecer, sino todo lo contrario.
«Lo que hay que hacer es que el conocimiento sobre la obra de mi padre llegue también a otros lugares y otros museos del mundo»
- El museo se cerró el día que presentaba su primera Obra Invitada, de Louise Bourgeois 'Eyes Benches III'. Antes se habían suspendido la exposición de David Smith. ¿Se retomará en el futuro?
- Seguro. No hay plazos exactos. Antes de esto se vio que había temas que no estaban solucionados, se había trabajado con poco tiempo y se decidió esperar un poco. Y bendito sea que se tomó la decisión antes porque hubiese sido complicado y difícil de sacar adelante si nos llega a coger ahora con todo esto. Pero por supuesto sigue en la agenda, habrá que ver cómo se retoma y en concreto, cómo se desenvuelve el mundo de los museos, las afluencias de público, los distanciamientos... No sabemos bien cómo se va a gestionar. No tenemos zonas de aglomeración, ni aires acondicionados, pero habrá que ver.
- Sin hacer de menos al artista, pero quizás David Smith no es un creador a la altura de Chillida... ¿o sí?
- Bueno, diría que sí tiene su correspondencia con Chillida, lo que pasa es que fue un artista muy valorado en el mercado del arte en Estados Unidos, pero no ha trabajado tanto en Europa. Quizás era el equivalente de mi padre, que era mucho más conocido en Europa que en EE UU. Smith también tuvo una carrera escultórica muy exitosa. Hay una serie de correspondencias entre los dos, pero el estilo de Smith es de grandes producciones, del mundo fabril del que procedía. Quizás la obra de aita era más la del artesano. Son las diferencia entre lo que fue Europa y lo que fue EE UU en la segunda mitad del siglo pasado, por eso creíamos que era interesante esa forma de ver las cosas desde dos extremos del mundo. Hoy en día la cotización de David Smith en el mundo del arte está como la de mi padre e incluso por encima en algunos mercados, así que tampoco podemos decir que es un artista por debajo de otro. No, no lo creo.
- ¿Qué cree que dirían Eduardo Chillida y Pilar Belzunce ante este Chillida Leku reabierto?
- Sin duda, mi padre estaría absolutamente encantado de que el museo estuviera otra vez accesible para todo el mundo. Él tampoco conoció las situaciones que hemos vivido tras su fallecimiento, pero sin duda para eso hizo el museo, lo trabajó y lo convirtió en su lugar en el mundo. Y para mi madre hubiese supuesto un respaldo a todo lo que hizo. Ella vio que el propio tema del museo se estaba convirtiendo en algo muy grande para todos, se estaba complicando y eso lo vivió. El que se haya llegado a este acuerdo tan estupendo con Hauser & Wirth le encantaría y pensaría que todo lo que hizo había merecido la pena.
- ¿Cuál es el reto del museo a partir de ahora?
- El reto es seguir manteniendo las figuras de mi padre y de mi madre. En el museo está la Sala Pilar Belzunce. He conocido museos por todo el mundo, pero hay pocos que tengan ese alma que tiene Chillida Leku, algo difícil de encontrar y que la gente que viene siente que está ahí. El objetivo es conseguir que se mantenga esto para que las nuevas generaciones entiendan cómo una persona y su mujer consiguieron que el arte se convierta en algo que nos sirva a todos para entender, para pensar y, al fin y al cabo, seguir viviendo y pensando que hay cosas maravillosas en este mundo.
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