Cuando Harry Styles posó para David Hockney
El músico estuvo dos días en el estudio del pintor en Normandía, quien le hizo un retrato que se verá en la National Portrait Gallery de Londres
El cantante Harry Styles forma ya parte de la amplia y reconocida galería de retratos de David Hockney. El cuadro se expondrá en la National ... Portrait Gallery de Londres a partir del 2 de noviembre, dentro de una exposición del artista británico que ya se inauguró en 2020, pero que sólo duró veinte días por la pandemia. Para su reinicio, Hockney aporta una treinta de nuevas obras, entre ellas la que representa al exmiembro de One Direction.
Estrella del pop global a sus 29 años, Styles posó durante dos días en el estudio del pintor en Normandía vestido con una chaqueta a rayas rojas y anaranjadas, una camiseta blanca por debajo, varios anillos y un collar de perlas.
Hockney reconoce que desconocía al principio la transcendencia del retratado en el negocio musical. Sugirió su nombre el ejecutivo discográfico Clive Davis, que ha trabajado con Carlos Santana, Bruce Springsteen, Billy Joel y Pink Floyd, entre otros. También había pasado por el estudio de Normandía y sabía que a Styles le gustaba la obra de Hockney.
La exposición del museo londinense se titula 'Drawing from Life' e incluye unas 160 obras de colecciones públicas y privadas, incluida la suya propia. Abarca seis décadas de trabajo del artista en el género del retrato y traza su evolución a partir de las imágenes de su amiga Celia Birtwell, su madre Laura Hockney, su expareja y experto en arte Gregory Evans, su impresor Maurice Payne y una del propio del creador.
El artista y el Guggenheim
El Guggenheim Bilbao ha acogido dos muestras con obra de Hockney, los paisajes de 'Una visión más amplia' en 2012 y '82 retratos y un bodegón' en 2018. En esta se plasmaban figuras de tan dispares como su dentista, la persona que le lavaba todas las semanas su Mercedes, el poderoso galerista Larry Gagosian o el banquero Jacob Rothschild.
Pintar a sus amigos y conocidos fue su manera de salir de un un ictus y de la muerte trágica de uno de sus jóvenes ayudantes. Los invitó a posar para él y los retrató con un fondo parecido y una misma silla para destacar su particularidad.
La comisaria de la muestra, Edith Devaney, sugirió que la enorme instalación de los cuadros en una de las grandes salas de la primera planta del Guggenheim se viera como un 'party', una fiesta organizada por el propio artista.
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