Trump, una ficción muy real

Toda una inspiración, insisto, desde la hiperrealidad del presente a la mitología de la ficción, como filón por la desmesura verbal y gestual para el cine, la televisión, el teatro o los musicales. Tanto es así, que en esta semana el oscarizado Bong Joon-ho ha estrenado en la Berlinale una sátira cinematográfica del trumpismo, lo mismo que en Hong-Kong triunfa ya una ópera cantonesa y burlesca sobre un presidente que ha convertido lo bufo en un archigénero de éxito incontestable. Pero la comicidad de un poderoso bufón que confunde voluntariamente el personaje de ficción con el real supone, igualmente, el temor por un nuevo orden mundial que no puede borrar con una extravagancia performativa la pesarosa realidad que nos está conduciendo o bien a una tragedia en la que también existe la risa, o sino a una comedia que también puede terminar en drama.

No suele ser habitual la profesionalización y la independencia en la gestión de la cultura pública, una cuestión asiduamente sometida a los partidismos y a la preferencia por los afines, casi siempre legos en la materia para la cual los eligen. De ahí que deba celebrarse la inminente incorporación de Iñigo Alberdi como director de la Orquesta Sinfónica de Bilbao (BOS), tras una larga y exitosa carrera en el ámbito público y privado de la cultura.

Musicólogo, Licenciado en Derecho, con una experiencia de más de ocho años en la gerencia de la OSE, otros tantos en la Sociedad Coral de Bilbao y varios como crítico e impulsor de diversas iniciativas culturales, Alberdi cambió hace décadas la militancia política por una visión independiente, plural y multidisciplinar de la cultura musical. Su llegada a la BOS no será fácil, habida cuenta de la zozobra laboral reciente en el conjunto sinfónico o de la pendiente designación de su director titular, pero su mano y su criterio se dejarán notar a partir de la próxima temporada.

Mientras que el cine de Hollywood sigue en crisis, el europeo ha conseguir salvar los muebles. Lo dice el informe de 2024 de la Unión Internacional de Salas de Cine (UNIC), ya que el número de espectadores en Europa solamente cayó el 1,4% y la taquilla un 0,3%, algo que contrasta con un descenso mayor en el mercado norteamericano.

La razón esencial de esta resiliencia europea en tiempos difíciles hay que encontrarla en la mejora de la cuota de pantalla de las producciones locales, si bien es igualmente curioso que la larga lista de las secuelas y «remakes» del cine de Hollywood ha tenido el año pasado bastante mejor respuesta en las salas europeas.

Los dos países europeos que han mejorado sus cifras de espectadores y taquilla en 2024 han sido Francia e Inglaterra. Según el informe de UNIC, en España la taquilla recaudó un 3,4% menos que en el ejercicio anterior y el número de espectadores cayó el 6,2%.