Disonancias

El tenor inglés Mark Padmore se ha presentado de nuevo en la Filarmónica con un programa complicado. Los hermosos textos de Verlaine en las canciones ... de Fauré no se acoplaron con comodidad a la música moderna de este último y prevalecieron las disonancias. Los continuos cambios en la línea de canto y la moderna armonía de las composiciones no nos ayudaron a compenetrarnos con el intérprete. Menos aún cuando el 'Cuarteto Elias' había exhibido su conjunción y belleza sonora en el precioso concierto de Haydn que abrió la velada. Tanto en Fauré, como luego en Vaughan Williams con textos de Walt Whitman, el tenor buscó el sonido adecuado en cada nota y eso influyó en que su buena técnica mostrara ciertas afecciones y desigualdad cromática en los registros de su voz. Su destreza y dominio técnico no soslayaron la falta de melodía general de las canciones aunque evidenció una envidiable delicadeza en la media voz y unos filados sutiles. Nos parece complicado el poder atraer al público ofreciendo una modernidad musical, casi experimental, salvo que la atracción sea por los poemas de estos textos intrínsicamente bellos. La compañía al piano de Pavel Kolesnikov apenas se notó porque prevaleció el acompañamiento del compenetrado cuarteto formado por dos violines, viola y violonchelo. Se podría decir que esta quinta vez que Padmore visita la Filarmónica no ha sido la más atractiva.