Cien años del nacimiento de Gene Roddenberry, el creador de 'Star Trek'

La misión de la 'Enterprise' duró al final sólo tres temporadas. La NBC canceló la serie en 1969 por su baja audiencia, en una de las mayores meteduras de pata de la historia de la televisión. Porque, treinta años después de la muerte del creador de 'Star trek', Gene Roddenberry, los miembros de la Flota Estelar de la Federación Unida de Planetas siguen viajando por la galaxia -ahora en 'Star trek: Discovery' (Netflix) y 'Star trek: Piccard' (Amazon Prime Video)- y cautivando a las nuevas generaciones con su explotación del sentido de la maravilla.

Eugene Wesley Roddenberry creció en Los Ángeles, ciudad donde su padre era oficial de policía. Piloto de aviación, tras participar en 89 misiones de combate durante la Segunda Guerra Mundial y de tres años en las líneas aéreas Pan Am, en enero de 1949 ingresó en el Departamento de Policía de Los Ángeles. Poco después, se puso a escribir guiones para series policiacas y, cuando empezó a venderlos, abandonó la carrera policial para concentrarse en la de escritor. Autor de guiones para series como 'West Point', 'Bat Masterson' y 'Jefferson Drum', pronto intentó crear sus propias producciones.

Después de varios intentos, en 1964 ideó 'Star trek', que concibió como un western espacial donde los indios son sustituidos por extraterrestres y los exploradores intentan entablar relaciones pacíficas con ellos. Estamos en la década de 2260 y no hay países, sino una Federación Unida de Planetas de la que la Tierra es la capital. En el puente de mando de la 'Enterprise' están el piloto asiático Hikaru Sulu (George Takei), el timonel ruso Pavel Chekov (Walter Koenig), el ingeniero jefe Montgomery 'Scotty' Scott (James Doohan), la oficial de comunicaciones Nyota Uhura (Nichelle Nichols) -la primera actriz negra en un papel protagonista en la televisión estadounidense-, el médico Leonard 'Bones' McCoy (DeForest Kelley), el capitán Kirk y el oficial científico Spock (Leonard Nimoy), un medio humano de orejas puntiagudas que se guía por la lógica frente a unos sentimientos que su mitad vulcana le obliga a reprimir. Ese aperturismo, marca de la casa, hizo que Kirk y Uhura protagonizaran en 1968 el primer beso interracial de la televisión estadounidense.

El escritor, que años antes había abandonado una serie porque los productores no querían negros en pantalla, también tuvo que hacer frente a esa oposición en 'Star trek': «Les dije que, si no tenemos negros y blancos trabajando juntos para cuando nuestra civilización alcance el año de la serie, no habrá gente». «Tiendo a pensar que en el futuro no parecerá extraño que las mujeres sean tratadas como iguales a los hombres», decía en 1991 un Rodenberry que se definía como humanista y había intentado que el segundo de Kirk fuera una mujer; algo a lo que la NBC se opuso, como a que la mitad de la tripulación de la 'Enterprise' fueran mujeres.

«El mayor atractivo de 'Star trek' es, en mi opinión, la apertura mental que nos proporcionó; el desafío de que con cada capítulo se nos proponía algo nuevo. Muchas veces incluso difíciles decisiones éticas», afirma la escritora Elia Barceló, la gran dama de la ciencia ficción en español. Decisiones de vida y muerte, de intervenir o no en conflictos ajenos, de asumir el punto de vista del otro por muy extraño que nos parezca en principio, de ver como normales relaciones sexuales que van mucho más allá de las que se pueden dar entre los humanos.

Después de la muerte de Roddenberry en 1991 de un infarto durante el rodaje de la quinta temporada de 'Star trek: la nueva generación' (1987-1994), un comandante negro asumió el mando de la estación espacial en 'Star trek: Espacio Profundo Nueve' (1993-1999) y una mujer capitaneó la nave de la Flota estelar de 'Star trek: Voyager' (1995-2001). El universo de 'Star trek' sigue, como en los 60, proponiéndonos dilemas éticos que el envoltorio de la ciencia ficción ayuda a presentar sin tapujos. Ese es el espíritu de la última frontera.