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Bárbara Goenaga, caracterizada de ertzaina en el barrio bilbaíno de Santutxu. JORDI ALEMANY

Bárbara Goenaga, negociadora de la Ertzaintza

La actriz se pone a las órdenes de Koldo Serra en el rodaje en Santutxu del thriller de atracos '70 binlandens'

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Lunes, 2 de abril 2018

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La Plaza Haro, a un paso del Karmelo, es una ratonera con los accesos cortados. Media docena de coches y furgonetas de la Ertzaintza vigilan sus accesos. Varias ambulancias de la DYA aguardan. Los vecinos se asoman a los balcones de los gigantescos bloques de pisos de dieciséis alturas. Es la segunda semana de rodaje en Santutxu de ‘70 binladens’, la película de atracos que Koldo Serra ha ambientado en el populoso barrio bilbaíno.

Bárbara Goenaga y Dani Pérez Prada lucen chaleco antibalas y placa de la policía autonómica. Son los negociadores que tratan de aplacar a los atracadores encarnados por Hugo Silva y Nathalie Poza. De cerca vigila Kandido Uranga, imponente con el mono de jefe de operaciones de la Ertzaintza. «Queremos pizzas, cerveza y refrescos. Y un café cortado y con leche desnatada», se escucha por el móvil.

La voz grabada pertenece a Emma Suárez, la mujer que acude en busca de un crédito (los 35.000 euros, ‘70 binladens’ o billetes de 500 euros del título), se ve envuelta en el atraco y acaba actuando de mediadora. Todos los interiores del filme se han rodado en el edificio de oficinas de la BBK en la calle Rodríguez Arias, actualmente en desuso. Pero por esas cosas de la magia del cine, cada vez que se vea el exterior de la sucursal será Santutxu.

Lluvia con manguera

La fachada de la cooperativa Labore ha sido transformada en una caja de ahorros ficticia, Nortcaja, cajero automático incluido. A falta de lluvia real, la plaza se riega con una manguera. Las nubes le van mejor al ambiente claustrofóbico que busca el director getxotarra, así que hoy el sol es un problema. Y es que ‘70 binladens’ no es la crónica de un atraco perfecto, sino el palo chapucero de dos aficionados que se conocieron en el penal del Dueso.

Para Bárbara Goenaga es la segunda colaboración con Serra tras ‘Gernika’. La actriz donostiarra nunca ha hecho de ertzaina, aunque cree recordar que ha llevado pistola como policía en alguna serie. «Mi personaje y el de Dani pertenecen a la nueva escuela, a los policías que saben leer entre líneas y apostar por la psicología. El de Kandido es más bien de la vieja escuela, un hombre de acción», compara. Trabajar con Koldo Serra, alaba, es ponerse a las órdenes de un director «calmado y riguroso, muy visual, que tiene ya montada la película en la cabeza».

Instrucciones de los berrozi de la Ertzaintza

La pausa del bocata llama a rebato al equipo. En una esquina, Kandido Uranga aprovecha para leer ‘Patria’. Mientras, los actores que dan vida a los ertzainas reciben instrucciones de un miembro auténtico de los berrozi, un asesor presente todos los días del rodaje. «El cañón del arma sobresale así del escudo. Y el dedo siempre extendido encima del disparador», alecciona a tres figurantes que sudan la gota gorda con un casco antidistubios real de más de cuatro kilos de peso.

Iñaki, nombre ficticio de este responsable de los berrozis, está harto de ver thrillers donde todo rechina. «Siempre se acercan demasiado al foco del incidente. Y en alguna película he visto cómo montan el arma tres veces», detalla. En Euskadi no suelen darse atracos con rehenes, una situación que este ertzaina califica como «la peor posible». A diferencia del cine, en la vida real este tipo de intervenciones sigue un escrupuloso procedimiento. «Lo primero es la seguridad de las agentes, nadie va a saco y, claro, no resulta espectacular como en el cine».

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