La bruja no tan mala del Oeste

Uno. Es un musical. Lo sentimos si tiene prejuicios hacia el género, pero es una excelente película musical, con coreografías multitudinarias y bonitas canciones de estilo clásico (cantadas en castellano en la versión doblada), adaptación del musical de Broadway estrenado en 2003, con música de Stephen Schwartz (inició su carrera con 'Godspell') y libreto de Winnie Holzman.

Dos. El título oculta lo que explicita el original: 'Wicked: Part One'. O sea, que aunque la trama avance queda también mucho pendiente en esta adaptación del primero de los dos actos del musical. Admitiendo estos asteriscos, es una delicia dejarse arrastrar por esta historia que, de algún modo, hace lo que hizo 'Maléfica', tomar un personaje negativo, la bruja mala del Oeste de 'El mago de Oz', y reivindicarle como bueno imaginándole un pasado.

'Wicked' juega en varias ligas. La del guiño nostálgico (explicando, por ejemplo, por qué son amarillas las baldosas del camino a la Ciudad Esmeralda o cómo surgieron sus monos voladores), la del colegio de magos un poco a lo 'Harry Potter' (aunque más 'disneyano'), el cine de chicas (con la rivalidad/amistad entre las futuras brujas buena y mala), las historias en defensa de los diferentes (la muchacha de piel verde, los animales marginados) y, por supuesto, el musical espectacular.

La combinación de todo ello, más el encanto de Cynthia Erivo y Ariana Grande, hace que el conjunto desafíe a la gravedad.