Crítica de 'Un héroe samurái: La leyenda de Hank' (2022): Como el perro y el gato

¿Un remake de 'Sillas de montar calientes' (1974)? ¿Y dirigido al público infantil? Así es y, por si fuera poco, cuenta con el beneplácito del cuasi centenario Mel Brooks, que no solo presta su rasgo y su inconfundible voz al diseño del personaje del shogun Toshiro Tyfune sino que nos regala una serie de gags con el nombre del villano de la película (Ika Chu, Pikachu, Nike Shoe…) que actualizan su célebre juego de malentendidos vocales con Hedley (Hedy) Lamarr.

Como el clásico del director de 'Los productores' y 'El jovencito Frankenstein', 'Un héroe samurái' está repleto de guiños cinéfilos ('Rocky', 'West Side Story', 'Yojimbo'...) y constantes rupturas de la cuarta pared, aunque nunca son llevados hasta sus últimas consecuencias: acelerar vertiginosamente el relato hasta alcanzar una velocidad ridícula que traspase los límites del humor de lo absurdo. En ese sentido 'Un héroe samurái' es mucho más modesta, porque se permite licencias con el salto entre géneros regados de anacronismos, pero sin perder de vista que su objetivo es poner en imágenes un mensaje integrador que en ningún momento puede apelar a la autocrítica de sus espectadores. En resumen, una entretenida película de aventuras, que aunque muy bisoña para rivalizar con 'Kung Fu Panda' es lo bastante alegre y coqueta como para mantenernos entretenidos durante 85 minutos.

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