Eskerrik asko, Juan Ignacio

Existen varios nombres propios e instituciones fundamentales para entender la fundación de esa gran aspiración de trasformación que ha sido Guggenheim Museoa. Pero a lo largo de treinta años ha existido un solo liderazgo y un equipo que han sabido unir a su virtuosa invención la exitosa fórmula que se ha prolongado sin solución de continuidad hasta hoy mismo. Detrás del éxito de la operación, y junto a la genial idea de Thomas Krens, al milagro de la arquitectura de Frank Gehry y al apoyo incondicional de las instituciones, se encuentran esos treinta años de dedicación de un incansable profesional para hacer realidad un nuevo modelo de institución dedicada al arte que ha roto con las convenciones del museo tradicional y ha sumado a la misión cultural y educativa, la del desarrollo urbano, económico y social.

Pero sería negar uno de sus grandes méritos personales si en el éxito de su desempeño no destacáramos, además, la extraordinaria trayectoria artística de la institución, tanto en su programa de exposiciones como en la creación de una colección propia. En este sentido, el Guggenheim de Vidarte también ha superado radicalmente lo convencional al ofrecer a un solo artista uno de los espacios emblemáticos del museo para crear una obra única. El encargo de 'La materia del tiempo' del añorado escultor Richard Serra quedará, sin duda, como una de sus aportaciones más personales, no solo al museo sino a la historia del arte de nuestro tiempo. Eskerrik asko, Juan Ignacio.