El Kubik, el edificio «Frankenstein» donde se probará el nuevo cemento vasco
Las pruebas del hormigón vasco capaz de reducir el efecto invernadero se llevarán a cabo en la azotea del edificio Kubik, una especie de « ... Frankenstein al que le hemos ido añadiendo partes», explica San Mateo. Situado a unos pocos metros del edificio principal de Tecnalia, tiene diez metros de altura repartidos en tres plantas y un sótano con la misma distribución. Inaugurado en junio de 2010 -al acto acudió la entonces ministra de Vivienda, Beatriz Corredor-, todas sus partes pueden quitarse y volver a ponerse, como si fuera un enorme juego de Lego. O un cubo de Rubik, porque su nombre es un guiño a este juguete.
En la primera planta hay un piso concebido para que las personas mayores no tengan problemas de accesibilidad. Camas motorizadas, armarios bajos en la cocina y sin zócalos para que puedan acercarse lo suficiente… «Se aplicó en un piso piloto en Sestao», cuenta la experta de Tecnalia mientras prueba otro dispositivo sorprendente: un interruptor sin cables ni baterías que puede encender y apagar las lámparas y que puede instalarse en cualquier lugar de la pared. Un piso más arriba ensayan una solución para aprovechar la energía solar. Se trata de introducir células fotovoltaicas en el interior de los cristales de una ventana, una propuesta japonesa todavía de difícil aplicación por su enorme complejidad.
En una habitación a oscuras, un técnico evalúa el rendimiento de una placa solar. La idea es desarrollar una cámara que permita hacer una especie de radiografía del artilugio para saber si tiene alguna avería y mediante un algoritmo, calcular la pérdida de rendimiento. En otro espacio se simula una clase de colegio para evaluar la calidad del aire y cómo renovarlo de forma más eficiente, algo especialmente relevante desde la pandemia de covid.
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