Una 'boda' terrorífica en La Galea: cuando la novia viste de negro

¿Casarse en Halloween? ¡Y por qué no! Aunque no es la tónica habitual, cada vez más parejas optan por sorprender a los invitados con una boda temática. Enlaces que siguen un hilo conductor concreto: una película, una canción, un estilo... Toda elección es válida, hasta la noche más terrorífica del año puede servir de inspiración. No hay más que ver el enlace 'ficticio' organizado por un grupo de 11 proveedores nupciales de nuestro territorio. Coral Rodríguez, 'wedding planner' en 'Topak d corazon' y una de las integrantes de esta agrupación, advierte que este año e incluso el que viene «los prometidos van a tender a casarse en fechas poco habituales», como el 28 de diciembre, a raíz de una sobredemanda. Un hecho que puede propiciar un mayor número de enlaces temáticos. Érika Núñez, organizadora de bodas en 'Like a wedding' y la mente creativa del equipo, llevaba mucho tiempo soñando con planificar una unión inspirada en Halloween. Jornada en la que reinan las brujas, los fantasmas y los esqueletos. Y como todavía no había tenido la oportunidad, se le ocurrió realizar este característico 'shooting'. «Es una manera de mostrar que los profesionales del sector somos capaces de adaptarnos a todos los gustos de los novios», añade.

'Dark Night' ('noche oscura' en inglés), nombre con el que se ha bautizado este editorial de moda, se desarrolló en el fuerte de La Galea, situado en Getxo, el pasado 12 de octubre. «Tuvimos que cambiar la fecha inicial porque hacía malo. El tiempo de Bizkaia es un gran 'handicap' para trabajar al aire libre», indica Coral. El enclave fue el escenario perfecto para conseguir ese «enfoque vampírico» que querían plasmar en el proyecto. «Necesitábamos esa piedra, ese castillo... ¡todo era perfecto!», añade Érika. Un privilegiado telón de fondo que sumieron en la oscuridad más terrorífica con diferentes elementos decorativos.

Detrás de cada 'shooting' hay una historia, y en este caso, traza paralelismos con el cuento de Blancanieves. «Hemos querido darle a la celebración un toque gótico sin quitarle el romanticismo que tienen las bodas», añade Érika. Por eso, en este inquietante enlace no hay calabazas, ni 'truco o trato'. «Hemos incluido una manzana roja, los novios la muerden y caen en el hechizo. Hemos jugado con este cliché que todo el mundo conoce», indica. Emme y Gorka, los modelos que protagonizan las fotografías, supieron meterse bien en el papel.

Un laborioso trabajo decorativo de la mano de Coral Rodríguez precedió la sesión de fotos, que tuvo lugar en dos escenarios diferentes del enclave vizcaíno. La ceremonia se desarrolló en la puerta principal del fuerte. «Pusimos candelabros, velas...», precisa. Las imágenes del banquete, sin embargo, se capturaron en el lado contrario del fuerte. «Los fotógrafos nos ayudaron a elegir dónde colocar esa mesa presidencial en función del tipo de piedra, la vegetación... Escogieron una zona con una pequeña ventana. Pusimos alguna calavera, un espejo con el mensaje 'hasta que la muerte nos separe'...», recuerda. Dos espacios embellecidos con una cuidada decoración floral: «Utilicé amaranto preservado, eucalipto 'baby blue', clavel borgoña...».

Emme lució radiante en su gran día con un vestido negro firmado por la diseñadora suiza Laura Batán, que lleva más de dos décadas trabajando en su propio atelier ubicado en el Casco Viejo. Se trata de una pieza con un cuerpo drapeado en tul que incluye pequeños detalles de encaje y flores salpicadas. Los tirantes joya están bordados con cristales antracita y plumas de avestruz. «Su falda es voluminosa, está realizada con diferentes tejidos y tiene los mismos detalles que el cuerpo», detalla. Un diseño inspirado en un vestido que le encargó una novia hace 20 años. «Lo tengo grabado en mi mente. Todo los años hago un diseño negro. No sé por qué a mucha gente le sorprende. Hace 100 años las novias se casaban vestidas de este color», precisa.

Laura completó el look 'bridal' de Emme con unos zapatos de ante negros que elaboró de forma artesanal. «También tienen adornos joya y plumas de avestruz», añade. Además, la novia lució una tiara de plata vieja con circonitas pequeñas y unos pendientes del mismo material con filigranas y azabaches. Completó el look con un vistoso ramo de flores creado por Coral. «He usado hortensias rubí oscuro, rosas rojas, celosías fucsia...», explica.

La novia se puso en manos de la maquilladora profesional Maider Alonso, que le hizo un maquillaje acorde a su vestido. «La base era muy natural, un poco sonrosada. La contrasté con un labial burdeos muy oscuro. Después, lo combiné con un ahumado en tonos marrones y cobrizos. Elegí este maquillaje potente para mostrar que no hay un único look nupcial. Cada una tiene que seguir su esencia», concreta. Más tarde, el estilista Pedro Montero, que regenta su propio salón en Barakaldo, trabajó en un peinado inspirado en una «vampiresa glamurosa y desaliñada». «Lleva una melena 'midi' con volumen lateral, onda plana y una trenza desestructurada en el flequillo», explica.

Con todo listo, a las 17.30 horas comenzaron a capturar las primeras imágenes de la sesión. «Estuvimos toda la tarde a la carrera hasta las nueve y media de la noche», aseguran. Una jornada «intensa y divertida» en la que estos 11 proveedores nupciales estuvieron trabajando mano a mano para demostrar que no hay una única forma de celebrar una boda.

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