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Malús, la reina del estampado que crea originales camisas y pañuelos en Bilbao
Los estampados ideados por la diseñadora Malús Arbide, que juegan con las alucinaciones y los engaños producidos por los efectos ópticos, protagonizan sus prendas y accesorios, que hoy forman parte de dos exposiciones en la villa
Malús Arbide nació artista. Esta vasca de 62 años estudió Bellas Artes en la Universidad del País Vasco «cuando la facultad todavía estaba en Sarriko». «Tuve muchas dudas a la hora de decidir mi camino profesional. Pero en casa mi decisión nunca sorprendió, ya que siempre había tenido una fuerte predilección por este mundillo. Ya sabes, empiezas a dibujar de niña y no lo dejas nunca. Recuerdo con mucha nitidez las cajas de pinturas pastel que me regalaban», admite. Desde pequeña ya era muy creativa: «Cogía del monte una piedra con forma de tortuga y luego le pintaba los ojos». Finalmente, se especializó en pintura, ya que siempre se sintió «más cómoda y segura trabajando en dos dimensiones». Así, empezó a elaborar sus propias obras al óleo o en acrílico. Ya en los años 90, esta artista encontró el ámbito al que se dedicaría toda su vida: el diseño de estampados. «Todo surgió cuando estaba pintando una serie de cuadros en los que repetí un motivo. Los elaboré de una manera en la que no se pudieran apreciar los cortes entre ellos, es decir, que no se notara que había una estructura de cuadrícula detrás», indica.
Un método que no conocía hasta entonces y que marcó su trayectoria. «A partir de esa serie de cuadros, me interesé por esta técnica porque me permitía reproducir de forma mecanizada las pinturas que realizaba», explica. En un primer momento, empezó a elaborar sus propios estampados a través de la serigrafía textil, un procedimiento «muy engorroso». Una forma de hacer que, al poco tiempo, digitalizó. «Eso para mí fue un subidón, ya que hacer los 'patterns' de forma manual era un trabajo para ponerte el buzo. Hoy utilizo las técnicas de pintura tradicionales y las digitales, como Photoshop o Illustrator», indica. Y siguiendo su propia trayectoria profesional, en el año 2002 abrió su propio estudio homónimo, ubicado entre el Ayuntamiento y el Teatro Arriaga. En este espacio, comenzó a crear sus propios estampados que luego vende a estampadores, como la casa de tejidos Rafael Matías, situada en el corazón del Casco Viejo; o realiza colecciones para diferentes tiendas locales, como la 'Galeria 8360' o 'Serie B'.
Encargos para museos
Dentro de su proyecto más personal, Malús también produce y diseña unos pañuelos de seda exclusivos que ofrece a través de su cuenta de Instagram. «Solo se repiten una, dos o tres veces», indica. Alguna vez también ha mandado elaborar camisas con sus estampados. «Lo intenté con otras prendas, como un pantalón, pero fue un desastre, no me lo supieron hacer», añade. Además, esta diseñadora ha recibido encargos de museos del calibre del Guggenheim, el de Balenciaga, o el Museo Nacional del Prado de Madrid. «Algunas veces creo un estampado propio, otras, sin embargo, hago interpretaciones de diferentes cuadros para plasmar en camisetas o bolsas de tela que luego se venden en la tienda», cuenta. Así, también ideó a partir del manto de flores de Puppy unos pañuelos. «Y hace tres años diseñé el vestuario de una ópera que se estrenó en Tabakalera, en Donosti», añade.
Para elaborar sus estampados, Malús utiliza recursos visuales que se basan en las alucinaciones y engaños producidos por los efectos ópticos y camuflajes. «Busco todo tipo de errores, equívocos y carencias de la imagen», explica. Así, uno de sus 'patterns' puede esconder una representación científica o unas notas musicales. «Para los que entiendan del tema, tendrá significado; para los que no, sin embargo, será un simple dibujo», añade. Y es muy habitual que esta artista use la geometría generando patrones gráficos de repetición.
Tres camisas únicas inspiradas en el confinamiento
Uno de sus últimos proyectos la ha llevado a idear cinco estampados. La Fundación Bilboarte, junto al Ayuntamiento de Bilbao, propuso a los artistas de la villa que crearan una obra inspirada en el confinamiento para apoyar al sector ante el impacto de la Covid-19. La convocatoria se llamaba 'Tras la Tormenta' y recibió 150 obras, de las cuales 25 están expuestas en el Museo Vasco del Casco Viejo desde el 18 de febrero hasta el próximo siete de abril. «Yo fui una de las elegidas», admite Malús. Su obra está compuesta por cinco 'patterns' que luego plasmó en unos edredones. «Los estampados son partes de unas fotografías de mi ropa tendida sobre la cama que llevaba capturando varios años. Elegí este tema porque estas imágenes estaban relacionadas con el abandono y el dormir», cuenta. Unas fotos que conformaron un motivo «atractivo en cuanto a color y composición» y que Malús mezcló con algunos de los últimos estampados que había creado.
Además, plasmó tres de esos estampados en tres camisas únicas de algodón 100% con la ayuda de un modisto especializado en patronaje. «Seleccionamos las partes de la prenda dependiendo de su estampado: su parte trasera, la delantera...», cuenta. «Los puños y otros elementos más pequeños de la prenda se hicieron con los trozos restantes de la pieza de 1,50 metros que mandé a producir. Por mucho que quisiera elaborar otra igual, sería muy difícil», indica. Tres camisas de hombre en la talla M que forman parte de la exposición 'Index', que se puede visitar hasta el 2 de abril en la galeria 'La Taller', ubicada en Solokoetxe. Una muestra que tiene como centro una pieza textil de gran formato impresa con sus archivos digitales de diseños realizados entre 1998 y 2016. «Las imágenes aparecen como miniaturas o iconos de ordenador, clasificadas según el tema o motivo gráfico. «Y es que muchas veces, ideo un estampado, después lo dejo y, pasados unos años o meses, continúo la serie», indica.
En otro rincón de la galería, también se presentan trabajos más recientes de la artista vasca. «Se trata de textiles impresos con diseños geométricos, a los que posteriormente he intervenido con pintura, serigrafía y dibujos elaborados a pastel y con la técnica gouache», cuenta. Además, en un gran mueble de madera, situado junto a la entrada, donde también se muestran dos de las camisas que había ideado para la convocatoria 'Tras la Tormenta' - la tercera cuelga en una percha próxima- , la artista vasca ofrece algunos pañuelos de seda con sus estampados más recientes.
Malús admite que todavía es muy pronto para hacer balance de la aceptación de la exposición: «Aunque de momento, muchos me han felicitado por mi trabajo. Sorprende porque no se sabe si es un trabajo digital o pintura». Y no solo eso, si no que una de las camisas únicas que produjo con el estampado inspirado en el confinamiento, ya tiene dueña. «La compró una mujer que vino a ver la exposición hace unas semanas. Acudió con su madre y le encantó una de ellas. Eso sí, se la vamos a entregar cuando concluya la exposición, el próximo 3 de abril», indica Maite Martínez de Arenaza, la propietaria de la galería. Y una vez que ambas exposiciones concluyan, esta artista pondrá todos sus esfuerzos en lanzar su nueva página web; sin dejar de lado, su pasión: idear nuevos estampados para 'alucinar'.
