Vecinos y ciclistas reclaman un bidegorri en el paseo de la ría en San Ignacio
El carril bici termina en el puente Frank Gehry, por lo que para llegar hasta Elorrieta es necesario circular por Lehendakari Agirre
Hace algo más de tres años, el Ayuntamiento de Bilbao inauguró el gran paseo junto a la ría que une Deusto y San Ignacio, un balcón al Nervión de 2,4 kilómetros jalonado de bancos, miradores, jardines, parques e incluso un rocódromo. En el trazado, muy transitado, pronto empezaron a generarse algunos problemas, como la convivencia entre peatones y ciclistas. Desde hace unos meses, señales advierten que las bicicletas no pueden circular por esta zona, prácticamente el único tramo de paseo junto a la lámina de agua en el que las dos ruedas están vetadas.
De ahí que, mañana a la tarde, se celebre un acto reivindicativo para reclamar «una solución ciclista, diferenciada y segura» entre el puente Frank Gehry y Elorrieta. En la actualidad, no es posible llegar hasta la frontera con Erandio en bici en paralelo a la ría.
«En Deusto hay que desviarse por la calle Iruña y subir por Lehendakari Agirre», explica Javier Umaran, de Biziz Bizi, la asociación de ciclistas urbanos de Bilbao. Esta plataforma es una de las convocantes del acto, junto con la federación de asociaciones vecinales de la villa y la Ampa del colegio San Ignacio.
Varios colegios
Otra de las opciones, detalla, es «circular un tramo por la carretera» hasta alcanzar el bidegorri de avenida Zarandoa, un trazado ciclista que, pese a estar separado de la calzada y la acera, presenta «algunos problemas», como que es necesario acceder a él para depositar la basura en los contenedores o que atraviesa salidas de garajes.
Con la cadena ciclista, con la que los participantes pretenden unir desde las 18.30 horas de mañana el puente y Elorrieta, quieren denunciar que «es inaceptable tener que subir hasta Sarriko». El paseo, defienden, «es un camino natural que sigue la ría y tiene anchura suficiente» para segregar a peatones y bicicletas. Insisten además en que se trata de una zona con «varios colegios», a los que los menores podrían desplazarse utilizando las bicis «si no tuvieran que hacer tanta virguería».