El transporte público vizcaíno rompe su techo con más de 15 millones de viajeros al mes

El metro es, con una amplísima diferencia, el transporte público que más utiliza la ciudadanía vizcaína. El año pasado registró 92 millones de viajeros, una cantidad que triplica los usuarios de Bizkaibus, el siguiente más demandado. A partir de ahí, según datos del Consorcio de Transportes de Bizkaia (CTB), por encima de los diez millones de pasajeros figuran solo Bilbobus, Renfe y Euskotren.

La mayoría de operadoras vizcaínas alcanzan estos números por un cúmulo de motivos. El fin de la pandemia ha reconciliado, poco a poco, a los usuarios más precavidos con el transporte público. La apertura de las fronteras también ha provocado que Bizkaia reciba más visitantes que nunca. Y la rebaja del 50% en el precio de los trayectos, aplicada desde septiembre de 2022 a consecuencia de la inflación desbocada a raíz de la guerra de Ucrania, ha impulsado a miles de vizcaínos a preferir el transporte comunitario al privado.

La rebaja, en la que el Gobierno central aporta el 30% del descuento y las instituciones vascas el 20% restante, estuvo en vigor en los billetes mensuales y los viajes con Barik durante prácticamente todo 2023. Pese a que a finales del año pasado la descoordinación entre Moncloa y Diputación pusiera en riesgo que la prórroga de la bonificación continuara en vigor en los mismos términos, estos finalmente se mantendrán durante la mayoría del curso político. Ahora bien, las instituciones advierten que la rebaja del 50% a todo tipo de billetes tiene un carácter «coyuntural». Vamos, que no será para siempre.

La Diputación, con el objetivo de fidelizar al pasajero más habitual, quiere impulsar el uso de los abonos mensuales. Es decir, los Gazte y Bidai, con los que se pueden realizar 50 viajes, 70 o ilimitados. Ahora mismo están bonificados a un 50% y aunque en un futuro Gobierno central suprima el 30% que aporta, las administraciones vizcaínas seguirán manteniendo el 20% que les corresponde con carácter indefinido.

Otra de las estrategias para impulsar estos abonos es que se puedan utilizar cada vez en más transportes, ya que hasta este año solo se podían cancelar en Metro Bilbao y Euskotren. Ahora, con su incorporación a otros operadores como Bilbobus y Bizkaibus, se pretende popularizar un uso que, de momento, no cala entre la mayoría de los vizcaínos.

Pese a que el año pasado aumentó el número de personas con uno de estos billetes, su peso sobre el total de trayectos realizados registró un ligero descenso. Vayamos a un ejemplo claro: la cantidad de viajes registrados con el ticket Bidai 50, el más utilizado, pasó de representar el 11,5% de las cancelaciones en Metro Bilbao durante 2022 al 10% el año pasado. Los Bidai 70, en cambio, se estancaron en el 2,1% y los Bidai Oro (que permiten hacer desplazamientos infinitos) ascendieron del 5,6% a 5,9%.

El desconocimiento de estos billetes y el 'handicap', ya solucionado, de que solo se pudieran utilizar en el metro derivó en que miles de vizcaínos apostaran por seguir viajando con la Barik. De hecho, los trayectos con las tarjetas Creditrans y Gizatrans (aquellas que bonifican los viajes ocasionales) representaron el año pasado el 68,6% de los desplazamientos de Metro Bilbao, 3,5 puntos más que en 2022. Esta cifra se eleva por encima del 90% en operadoras como Bilbobus y Bizkaibus, ya que no tienen abonos propios y el pago ante el conductor del autobús es prácticamente residual.

Sin embargo, esta popularidad de la tarjeta Barik no implica que sea la forma de viajar más rentable. Un ticket mensual de 50 viajes para una zona cuesta 16,50 (con la subvención a mitad de precio aplicada). Mientras, el precio del billete con Barik asciende a los 48 céntimos. Es decir, a partir de los 34 trayectos realizados estaría amortizado.

Sin embargo, en el horizonte ya empieza a avistarse la implantación de una tarifa en función de la renta. La Diputación ha comenzado los estudios previos para estudiar cómo podría desarrollarse esta medida. Para ello se han dado de plazo hasta 2027.

Si los descuentos han cambiado la forma de viajar en algún operador de transporte, ese es Renfe. El Gobierno central subvenciona la totalidad del billete para los viajeros frecuentes desde el 1 de septiembre de 2022.

¿Y quién es un viajero frecuente? Pues, para la administración, aquel que realiza un mínimo de 16 desplazamientos en un cuatrimestre. Estos usuarios, previo pago de una fianza de 20 euros, tienen gratis los tickets para desplazarse en las líneas de Cercanías. El dinero se devuelve siempre que el usuario no esté inscrito en una lista de incumplimiento de las medidas antifraude que el Gobierno central se vio obligado a impulsar ante los cientos de españoles que recurrían a la picaresca para ahorrarse unos euros.

Pues bien, desde la aplicación de esta medida la cantidad de usuarios que han apostado por este medio de transporte casi se ha duplicado. Las líneas vizcaínas han pasado de tener una media de 600.000 viajeros mensuales a 1,2 millones. En total, 14 millones de personas utilizaron el año pasado alguna línea de media distancia de Renfe.

El ejemplo más claro de cómo ha calado el abono impulsado está en la medida en la que se han reducido los viajes con Barik en estos trenes. Mientras 2022 cerró con el 40,3% de los desplazamientos realizados a través de esta tarjeta, el año pasado solo representaban el 14%.