«Lo que sucedió no puede caer en el olvido»
Alrededor de 300 personas se reunieron ayer en el barrio Eitzaga de Zaldibar para recordar a Joaquín Beltrán y Alberto Sololuze en la víspera del ... tercer aniversario del trágico derrumbe del vertedero que acabó con la vida de estos dos trabajadores. La plataforma 'Zaldibar Argitu' homenajeó a las dos víctimas en un emotivo acto, en el que hubo música en directo, txalaparta y una ofrenda floral. Pequeñas acciones cargadas de emotividad con las que querían «mantener vivo» el recuerdo de los trabajadores que quedaron sepultados bajo una lengua de desechos.
Durante la jornada se plantó un acebo tras la escultura que recuerda la catástrofe. La pieza, creada por el artista local Iñaki Urizar, se ha instalado en una de las zonas verdes del parque del barrio de Eitzaga.
Desde el colectivo organizador quisieron recalcar la fuerza simbólica de la plantación del acebo. «En estos tres años el pueblo ha mostrado su amor por su tierra y la fuerza para defenderla. ¿Qué mejor para recordarlo que la fuerza que muestra un acebo para resistir el paso de las estaciones, año tras año, con sus hojas verdes y su tronco fino pero resistente?», destacaron.
Depurar responsabilidades
Los portavoces de 'Zaldibar Argitu' mostraron su intención de continuar con su trabajo para evitar que el desastre de Zaldibar «caiga en el olvido», así como para recordar durante los próximos años a los trabajadores fallecidos. «Seguiremos hasta que se depuren todas las responsabilidades por lo ocurrido. Ha quedado claro, incluso en los juzgados, y aunque aún no se haya cerrado el proceso medioambiental, que lo que pasó hace tres años no fue un accidente», expresaron contundentes.
Vecinos del barrio de Eitzaga, zona especialmente afectada por el desastre, también tomaron la palabra durante el acto para mostrar su sentimiento «de abandono» por parte de las instituciones y recordaron «lo duro que había sido especialmente el primer año tras el derrumbe». Expresaron su sensación de desamparo, ya que «somos pocos y aquí nos quedamos sin apenas esperanza de que se arreglen los perjuicios que ha provocado el vertedero». No obstante, agradecieron las muestras de solidaridad que han recibido a lo largo de todo este tiempo.
Los residentes lanzaron, asimismo, una advertencia a toda la sociedad vasca como colofón al homenaje: «Quienes pasan por la autopista no deben olvidar que debajo de ese bonito prado verde hay un montón de veneno».
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