El túnel bajo la ría que unirá Getxo y Portugalete tardará «seis o siete» años en ejecutarse
La Diputación amplía el plazo del proyecto, que era de cinco años hasta ahora, lo que retrasa la inauguración al menos hasta 2032
El diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Carlos Alzaga, auguró ayer que la redistribución de carriles que se va a hacer en Rontegi no ... será la última obra que tiene previsto ejecutar el Gobierno vizcaíno en la zona. «Habrá más durante los próximos años», dijo sin dar más pistas de por dónde pueden ir los tiros. Lo que sí aclaró es la razón de seguir mejorando el entorno: ejecutar el subfluvial, la futura alternativa que tendrán los conductores para llegar de una margen de la ría a otra, va para largo. Llevará «seis o siete años».
La previsión temporal lanzada por Alzaga es nueva. Lo que habían dicho hasta ahora diferentes portavoces del Gobierno vizcaíno, en público y en privado, es que el túnel que unirá Getxo y Portugalete iba a requerir entre cuatro y cinco años de trabajos. Sin embargo, la realidad que explicó Alzaga es que solo la obra civil -ejecutar la galería- requerirá esos cuatro o cinco años, y después se dedicarán otros dos a instalar la llamada superestructura. Esto es, a crear la carretera, la señalética, los sistemas de seguridad y comunicaciones y a testar una ruta con los condicionantes tan peculiares que le otorgan atravesar el lecho fluvial.
Si se cumplen las previsiones anunciadas por la Diputación a finales del año pasado, el proyecto constructivo del túnel bajo la ría debería ser aprobado por el Consejo de Gobierno foral a lo largo del presente mes de marzo. Obtendrá luz verde una vez que queden solventados los larguísimos trámites medioambientales, vinculados especialmente con las afecciones que la obra puede tener en el entorno de Artaza, que están retrasando la tramitación dos años más de lo que se preveía inicialmente.
A la espera del proyecto
Pase lo que pase con la definición del proyecto, lo que queda claro es que el subfluvial no estará listo esta década. Cuando se presentó el proyecto hace ya unos años la intención de la Diputación era que pudiera abrirse al tráfico sobre 2027. Visto el lento avance de los trámites administrativos y que la Declaración de Impacto Ambiental ha tenido que revisarse y reiniciarse para incluir nuevas medidas de protección, se anunció que las obras podrían arrancar a finales de este año y prolongarse hasta el entorno de 2030.
Si se cumple la estimación y los trabajos empiezan a finales de 2025 -para eso hay que aprobar el proyecto ya y lanzar la licitación de las obras antes del verano-, con los nuevos plazos explicados por el diputado de Infraestructuras lo más pronto que podría acabar el proceso sería a finales de 2031 o durante 2032.
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