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San Ignacio no pasa de moda
Tradición. Medio millar de invitados de todos los ámbitos de la sociedad vizcaína se dan cita en la recepción foral
La tradicional recepción de San Ignacio es una de esas citas que no pasan de moda. Ya pueden transcurrir los años, llover o hacer un sol abrasador que las 500 almas que acuden a festejar el patrón de Bizkaia al Palacio Foral siguen siendo fieles a la tradición. Este jueves no ha sido menos. El medio millar de invitados de la esfera política, social, empresarial y cultural de Bizkaia comenzó a desfilar por las entrañas del palacio, que este año cumple su 125 aniversario, pasadas las 12.30 horas, treinta minutos antes de que el acto arrancara.
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Custodiada por ujieres vestidos con ropajes de época, evidenciando más si cabe la majestuosidad que preside a este edificio inaugurado el 31 de julio de 1900, entre los primeros en atravesar la escalera imperial se distinguió al rector de la Universidad de Deusto, Juan José Etxebarria, al exsenador Iñaki Anasagasti o al consejero de Ciencia, Universidades e Innovación, Juan Ignacio Pérez. Tras ellos, un goteo constante de invitados han terminado por abarrotar la zona contigua a la gran vidriera diseñada por Anselmo Guinea, donde por primera vez tuvo lugar el evento. «La vidriera representa la sociedad. En ella podemos ver cómo éramos e identificar lo que somos», ha lanzado la diputada general en su discurso.
El acto en sí arrancó a la una de la tarde, cuando Etxanobe hizo entrega de la makila al lehendakari, Imanol Pradales. Abanico en mano como antídoto al calor, los invitados presenciaron el aurresku de honor que dio paso al tradicional discurso. Después, tras una actuación a cargo de la Sociedad Coral Bilbaína, llegó el momento de los canapés, los vinos y los reencuentros. Entre los invitados se vieron caras renovadas, pero también personajes que nunca faltan a la cita. Se presenciaron abrazos y besos. Charlando entre sí se encontraban Isidro Elezgarai, Joseba Madariaga, ambos de Unicef, Fran López, de Jesuitas Bilbao y el presidente del Athletic, Jon Uriarte. «Mi abuelo era cocinero y el único día que cerraba era el de San Ignacio», recordaba Elezgarai.
– ¿Reconoce gente nueva?
– ¡Cada año es diferente! La primera vez que vine era un niño, fíjate lo que ha cambiado todo. Y me alegro porque significa que la sociedad se rejuvenece.
Por suerte, el calor sofocante que suele acompañar la recepción no fue tan molesto esta vez. Una ardua tarea de refrigeración previa y que la temperatura exterior apenas superó los 23 grados ayudó a mantener los espacios medianamente frescos. Aun así, la multitud que se concentró en el mismo salón obligó a abrir las ventanas en busca de aire. «¡Es la mejor idea que han tenido!», decía entre risas Javier Nebreda, presidente del club Cocherito.
Corrillos diversos
Los corrillos eran tan diversos como las personas que acudieron al encuentro. Se pudo observar al consejero de Salud, Alberto Martínez, conversando con Pilar Sorando, directora médica del Hospital de Santa Marina o a la triatleta Virginia Berasategi con la eurodiputada Oihane Aguirregoitia y Susana Andrés, de Laboral Kutxa. «Lo mejor es que coincido con gente que durante el año no veo. Es un acto muy distendido», reconocía la deportista.
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