Renfe cambia sus cámaras por un sistema inteligente de reconocimiento facial

La tarea no era algo ni fácil ni automático. Buscar en los discos duros obligaba a visionar con paciencia varias horas de grabaciones de diversos dispositivos de filmación. Y, aunque las imágenes se podían acelerar en pantalla, el cometido iba a llevar una porción de tiempo notable. Y eso era precisamente lo que no tenía la Ertzaintza: tiempo. Finalmente, el rapto se resolvió de la mejor manera posible.

Aquello fue en el otoño de 2022. Hoy, esta petición, autorización judicial mediante, podría resolverse en cuestión de segundos. ¿Por qué? Porque Renfe acaba de incorporar un sistema inteligente y digital a su red de videovigilancia en Bizkaia. Una pequeña joya que aporta, entre otras funcionalidades, el reconocimiento facial y varios algoritmos de inteligencia artificial. Con una fotografía previa y un solo 'click', el personal de seguridad podría saber, ante una situación de emergencia, si esa persona ha cogido el tren o no. Y, si lo ha hecho, cuál ha sido su ruta. Todo ello, siempre siguiendo los preceptos legales, «cumpliendo la ley de protección de datos», matizan desde Renfe.

El RS3 (así se llama el nuevo sistema) funciona ya en buena parte del núcleo de Cercanías y se espera que esté plenamente operativo antes de la llegada del verano en 19 estaciones (Ametzola, Arrigorriaga, Llodio, San Mamés, Zabalburu, Zorroza, Areta, Autonomía, Bidebieta-Basauri, Lutxana, Miraballes, Miribilla, Muskiz, Ollargan, Orduña, Ortuella, Portugalete, Santurtzi y Valle de Trapaga). Varios operarios van a recibir de manera inminente un curso de formación. Se han invertido 31,7 millones de euros, a nivel de toda España.

Para empezar, el sistema pivota sobre objetivos digitales. Se dice adiós a la señal analógica. Esto multiplica la calidad de la imagen. «La nitidez es tan buena que se podría leer hasta la marca del aerosol que utiliza un grafitero», explican fuentes de Renfe. Con las viejas cámaras había muchas veces que los vándalos que pintaban trenes salían indemnes porque su identificación no estaba clara, a pesar de que algunos de ellos actuaban a cara descubierta.

El RS3 abre un mundo de posibilidades «El nuevo sistema recopila y procesa de manera anónima y automatizada miles de datos captados en las estaciones y las incorpora en un cuadro de mando único». El principal objetivo es mejorar la seguridad. Es una herramienta que, por ejemplo, puede ayudar en la lucha contra los actos vandálicos (bastante frecuentes en los últimos tiempos en la línea C-3, la que pasa por Basauri y llega a Orduña), pero, además, es capaz de detectar otras incidencias. Algunas tan vitales como la caída fortuita de un usuario a la vía.

«También se puede utilizar para otro tipo de aplicaciones, como para recopilar información relacionada con el marketing», señalan desde la compañía pública. En concreto, las cámaras son capaces de detectar la afluencia de personas a una determinada estación. «Se pueden extraer datos de horarios, ocupación de los trenes... De verdad que es una mejora increíble».