La proliferación de andamios desata las quejas de los comercios y crea zonas inseguras en Bilbao
El Ayuntamiento ha autorizado en los últimos meses la instalación de 200 tinglados, repartidos por toda la ciudad
Astarloa, Colón de Larreátegui, Marqués del Puerto, Licenciado Poza, Egaña, Juan de Ajuriaguerra, Plaza Jado... Resulta difícil encontrar una calle del centro de Bilbao en ... la que no se levanten andamios. Las reformas llevadas a a cabo en cada vez más edificios residenciales, especialmente en sus fachadas, han inundado las aceras de tinglados. Una situación parecida se vive en bastantes arterias de Deusto, Begoña, Txurdinaga, Otxarkoaga, Basurto, Zorroza... Según el área municipal de Economía y Hacienda, la capital cuenta en estos momentos con más de 200 andamios repartidos por todos los barrios.
Los trabajos de rehabilitación que se ejecutan tanto en bloques de viviendas particulares como en el exterior de entidades bancarias y sedes empresariales está causando numerosas complicaciones a los transeúntes, que se ven obligados a sortear a diario ganchos, cuerdas y cascotes esparcidos por los suelos y 'regatear' infinidad de contenedores. Pero, sobre todo, ha enervado a muchos comerciantes, que observan con preocupación la marcha de sus negocios al constatar importantes descensos de las ventas al no verse sus tiendas tras quedar tapadas por armazones de gran tamaño y en bastantes casos por la colocación, además, de gigantescas lonas publicitarias. A cambio de la cesión de espacios y dejar temporalmente 'ciegas' sus fachadas, algunas comunidades vecinales obtienen pingües beneficios para costear las reformas.
Sin embargo, importantes organizaciones comerciales de la capital vizcaína han denunciado la «inseguridad y peligrosidad» que, en su opinión, supone el tránsito por estos pasos, generalmente muy estrechos. «Son zonas de mucho riesgo físico», alerta Jorge Aio. El gerente de BilbaoCentro asegura que «los robos y atracos» en estos lugares han aumentado también de forma «considerable» en los últimos meses. Ante este «clima tan enrarecido», las organizaciones sectoriales han reclamado al Ayuntamiento que extreme las medidas de seguridad y dote a estas áreas de «una mayor iluminación» para disuadir a los ladrones. «Ahora mismo les resulta muy fácil actuar bajo los andamios. Hay que poner freno a esta situación porque la seguridad ha descendido», reclama Aio.
El malestar entre los comercios ha arreciado en la Plaza Arriquibar, una de las áreas más revalorizadas de la capital vizcaína tras la apertura de Azkuna Zentroa y la presencia masiva de turistas a casi todas horas. Dueños de cinco establecimientos de moda, complementos y belleza han hecho piña y mostrado su «indignación» al quedar ocultos sus escaparates. «Estamos desesperados. La campaña de Navidad está empezando y no nos entra nadie a las tiendas. Lo llevamos notando desde hace mes y medio», protesta Iker Udaondo.
«Lo peor está por llegar»
Sin embargo, el dueño de Customeus, una zapatería que fabrica calzado a medida, advierte que lo peor está por llegar: «Las obras se prolongarán, como mínimo, seis meses más y lo peor es que no esperamos nada porque nadie pasa por aquí. ¿Quién se va a acercar a nuestros escaparates?», se pregunta. Otro tanto sucede en El Ensanche, donde varios operarios trabajaban a todo ritmo a mediados de la semana pasada para rematar la instalación de un andamio en la confluencia de Astarloa con Colón de Larreátegui.
El enfado en Pescaderías Vascas, una de las más populares de la villa, es de órdago: «Tenemos como mínimo dos meses con todos estos aparatos, lo que significará perder toda la temporada navideña. ¡A ver, hay mucha gente que tiene miedo a los andamios y, quieras o no, se pasan a la otra acera! Esto para nosotros es fatal. Nos llega en el peor momento porque las ventas están difíciles para todos. Todo está muy parado», se lamenta una dependienta.
A las afueras del comercio, el jefe de la pescadería vive una situación tensa mientras discute con un obrero: «'Ese material no se puede poner ahí, ¿te enteras? No me lo plante delante de la tienda. ¡Dígaselo a su encargado porque si no lo voy a tener que retirar yo! Tiene que quedar libre. Solo faltaba que en Navidad me fueran a tapar la fachada'», le reprocha.
A escasos metros, en la tienda de moda italiana Gas, las quejas se suceden en un tono muy similar. «¡La gente no entra porque no se nos ve! Para colmo hemos perdido (el pasado viernes) la jornada del 'black friday' ¿Qué vamos a hacer? Pues intentar poner el escaparate todo lo luminoso posible para que se nos vea», expresan, resignadas, Mónica Arrua, Belén Alonso y Bea Ferrer.
Tampoco en el Bar Basque, en el número 3 de Astarloa, reina el buen ambiente: «Cualquier andamio molesta», reconoce el encargado. «Hay una razón psicológica. Hay gente que ya no se detiene en nuestra terraza porque le pone muy nerviosa tener que caminar bajo andamios».
Aio apela a la «sensibilidad» municipal e insta al Ayuntamiento a hacer un llamamiento a «comerciantes y dueños de las comunidades» para aunar voluntades y causar los «menores» perjuicios económicos. «Debería mirar más con lupa la concesión de los permisos porque el comercio aporta mucho valor y necesita cariño y que se le mime».
Las claves
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5 días tarda el Ayuntamiento en dar el visto bueno a la implantación de andamios desde que recibe toda la documentación y comprueba la adecuación de las instalaciones. El importe de la tasa municipal depende tanto de los días de ocupación como del lugar. Influye, por ejemplo, que se trate de zona de OTA.
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BilbaoCentro «El Ayuntamiento debería mirar con lupa la concesión de estos permisos y dar más cariño al comercio»
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Iker Udadondo (Customeus) «La campaña de Navidad empieza y no entra nadie a nuestras tiendas. Estamos muy desesperados»
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